Critica: El Hobbit, La desolación de Smaug, Peter Jackson epicamente grandilocuente 1a parte

| |

Cuando se empezó este viaje por la tierra media con el El señor de los anillos: La comunidad del anillo en las vísperas de navidad del año 2001, los cines estaban abarrotados, la expectativa de una producción de esa magnitud se esperaba con impaciencia, los espectadores aguardaban en las taquillas para el momento de que se abrieran y comprar un ticket de entrada y ver esta épica adaptación del mundo de J.R.R Tolkien.

Hace ya doce años que la espera de la navidad estaba combinada junto con la llegada de los estrenos más fuertes del año, por varios años El señor de los anillos abarrotó las taquillas junto con Harry Potter, pero, con la diferencia que el mundo de Tolkien se dirigía a un público mucho más adulto, tal vez muchos de ellos lectores y conocedores del mundo que él había creado, con mapas, lenguas, tierras diferentes, existentes sólo en un mundo atípico de fantasía creado por un hombre que era un genio, pero, que nunca visualizó lo que serían sus historias en esta época moderna. Las reuniones aquellas que realizaban C.S Lewis y J.R.R Tolkien en un pub que solían frecuentar y que llamaron "El rincón de los escritores" donde compartían sus capítulos escritos que narraban las historias de sus mundos creados para que fueran contados, tal vez a sus nietos, o sus hijos, o los hijos de sus hijos, pero esto fue más allá de su visualización, sus relatos han sido contados de la mejor manera a muchas generaciones.

Con El Hobitt  Un viaje inesperado, Peter Jackson nos plantea el viaje de Bilbo Baggins junto con los enanos para ayudarles a recuperar su reino en la montaña, este relato del cual sólo vemos un guiño en La comunidad del anillo y que nos dejaba preguntando cómo Bilbo había conseguido el anillo de Sauron, ¿desde cuando la oscuridad se había estado apoderando de la tierra media? ¿por qué Gandalf El gris tenía tanta fe en la fortaleza de los hobitts, y en especial en los Baggins?, dentro de estos relatos surgían dudas que no se despejaban, sin embargo desde que se anunció la trilogía que precedía a Frodo, la expectativa surgió de nuevo, retomamos los libros para introducirnos en el mundo creado por Tolkien, pero desde atrás, El Sirmarillion y El Hobitt son el centro de atención, y volvemos a tierra media muchos años atrás antes del surgimiento definitivo de la oscuridad de Sauron y la alianza de la comunidad del anillo.

El Hobitt, la desolación de Smaug plasma la continuidad de la aventura de Bilbo y el descubrir las habilidades de los hobitts, su fortaleza y valentía ante la adversidad. Bilbo se encuentra un poco más seguro de si mismo, se ha ganado la confianza de los enanos y Thorin, sin embargo sigue guardando un secreto en su bolsillo, un objeto que va ganando terreno en su corazón, que lo ayuda a llenarlo de fortaleza, pero que también tiene una oscuridad intrínseca per se, el anillo de Sauron, que en cuanto es usado por Bilbo despierta la oscuridad del ojo que todo lo ve. Pero, ahora en busca de la piedra de los enanos y luchar contra el dragón Smaug que desoló el valle y la Ciudad del Lago, tierra habitada en común con humanos acapara su atención y su fuerza, con Gandalf desaparecido, los enanos y Bilbo deben enfrentar a la terrible creatura, objeto de mitos y leyendas pero que ahora para ellos es real.

Con la ayuda de Bardo y la comunidad humana de el lago llegarán al reino debajo de la montaña de los enanos, pero no hay ayuda para lograr vencer la avaricia y la ambición de poder, la influencia del anillo en Bilbo toma aun más poder y tiene consecuencias desastrosas en la tierra media. Smaug, guardián de su propio tesoro en la montaña defiende lo que es suyo y no está dispuesto a que nadie se lo robe. Pero hay una profecía, que cuenta que Thorin, rey de los enanos retomará su reino en contra de la voluntad del dragón, y que lo que no había sido terminado muchos años atrás, acabaría con la victoria y el regreso de la paz y la prosperidad en la montaña y sus alrededores.

El director nos lleva de nueva cuenta al relato de aventura, con moralejas como la valentía, el valor, el perdón y la esperanza depositada en nuestro prójimo, un relato contado con grandilocuencia épica, Jackson se corona como uno de los mejores directores de nuestra época, adaptando a la pantalla con gran poder las historias de un escritor que soñaba contárselas a sus nietos, y que compartía con su mejor amigo Lewis, que creaba su mundo de Narnia al mismo tiempo. El rincón de los escritores como se hacían llamar era una banda de amigos que escribían por placer propio, creando mundos para relatarlos unos  a los otros y recibir retroalimentación de ideas.

La desolación de Smaug, aunque no está apegada del todo al libro, el relato cinematográfico es increíble, es trepidante y al mismo tiempo conmovedor por los matices de sus personajes, con grandes paisajes, gran fotografía, que retrata a Nueva Zelanda de forma grandiosa volviéndola de alguna forma inalcanzable y hermosa...