To the wonder de Terrence Malick es un poema visual que disfrutas desde el principio, una historia que refleja lo duro de las relaciones personales, incluyendo las humanas como lo divino.
Plagada de imágenes y paisajes, el director nos narra una historia de amor acerca de Marina (Olga Kurilenko,007) y Neil (Ben Affleck, Pearl Harbor) que se conocen en París. Marina con una hija que tuvo de un matrimonio que tuvo y fracasó a los 17 años, Neil un turista que se encuentra de vacaciones en la ciudad luz, se enamoran en el río Sena, sirviendo este como marco de un amor que se seco a la mitad del camino, pero que el tiempo sabrá refrescar. Decididos a unir sus vidas- sin matrimonio- vuelan a Estados Unidos para llevar a cabo su amor pasional.
Al mismo tiempo el el padre del pueblo (Javier Bardem, Biutiful) batalla con las convicciones de su fe, donde su relación con Dios está pendiendo de un hilo por la supuesta ausencia y falta de ayuda para con su siervo.
Ambas historias te muestran que el amor no es un sentimiento, sino una decisión cada día, mereciendo esta decisión un compromiso con el cual pueda seguir creciendo. Malick retrata su punto de vista de uno de los sentimientos más plasmados en todas la bellas artes, la pintura, la música y el cine, dando una referencia con ejemplos de lo que es la idea del amor, las decisiones que llevan un compromiso implícito.
Después de ver su aclamada visión del perdón y la familia en el Árbol de la vida, la fotografía del Chivo Lubezki, este filme camina dentro de la misma línea, imágenes poderosas y abiertas siendo un un director muy impresionista, le gusta captar los momentos como vienen, las escenas son muy espontaneas, casi sin diálogos y con voz en off resulta ser muy lenta pero es como un shot de sentimientos que no son transmitidos por las platicas entre personajes, sino que transmiten con las miradas, con la música, los paisajes y la fotografía lo que el director trata de comunicar con su trabajo.
A diferencia de su trabajo anterior, es mucho más lineal, captura de mejor manera la atención del espectador siendo mucho más expresivo con sus personajes complementado con la banda sonora trabajando en equipo con las imágenes mas urbanas en distintas épocas del año. Nos da un recorrido por los sentimientos humanos enfocándose en el amor y como debe ser, y siendo así como sea vencer los bemoles no por sentimiento sino por decisión de hacerlo.
Ben Affleck sirve de marco para que brille Kurilenko y Rachel McAdams, representando a un hombre que evade el compromiso. Javier Bardem en su papel de sacerdote en crisis de fe nos muestra a un hombre frustrado por no encontrar mas la conexión que busca con su creador, reduciendo este filme al trato de la relaciones humanas, sus complicaciones y como los seres humanos buscan el drama en todo, siendo este el sentido que da a sentir emociones.
Una película lenta, contemplativa que no es fácil de aguantar sino se está acostumbrado a ver otro tipo de cine, es como querer hacer comer a un niño que le gustan las hamburguesas y las papas fritas un buen estofado con vino tinto a la luz de las velas, así es mi comparación. Aunque hubo gente que se salio del cine, no los culpo, sólo digo que al cine de arte no hay que aguantarlo, hay que saber y aprender a entenderlo, siendo resultado de esto mirando el cine en cuestión encontrándote en el junto con tu propia historia.
Lo excelente: La fotografía, la dirección.
Lo bueno: Las actuaciones que si bien no son memorables, son entrañables.
Lo malo: Que no entrego un producto muy diferente a El árbol de la vida.