Si bien en la década de los ochentas, el mockumental era un género medianamente utilizado, no estaba aún lo suficientemente difundido, por lo que cuando el director Ruggero Deodato lanzó a la pantalla su cinta Holocausto Canibal, causó un verdadero revuelo. El mismo era el supuesto descubrimiento de las cintas abandonadas por un grupo de documentalistas, que habían acabado siendo devorados por una tribu de caníbales. Una de las ideas del director, como una parte del impacto publicitario, fue firmar un contrato con los actores, de modo que no se dejaran ver en público durante un año, lo que ocasionó que, cuando se llevó por primera vez a salas, levantara sospechas.
A las pocas semanas del estreno, Deodato fue arrestado bajo cargos de obscenidad, pues su película contenía escenas de violencia muy gráfica, y sexo abierto. De hecho, la violencia era tan bien lograda, que el fiscal agregó a los cargos los de homicidio. Como el director había pagado una suma considerable por que sus actores no se dejaran ver, estuvo a punto de ser procesado por ello. Sólo tras de un esfuerzo bastante considerable pudo localizar a uno de ellos, tras de lo cual dieron con los otros. Por un golpe de suerte, al ver que los mismos aparecieron, la Corte retiró todos los cargos, incluso el de obscenidad, temiendo que, si se continuaba, el escándalo los pondría en ridículo.
A pesar de ello, muchos distribuidores se negaron a proyectarla, pues a pesar de que pudo probar su inocencia, los rumores sobre muertes verdaderas en el film no pudieron ser totalmente acalladas, en especial porque varios animales fueron asesinados realmente. Incluso ahora, sigue estando vetada en muchos países, lo que, como es costumbre, la ha convertido en una de las más buscadas por diversos coleccionistas.