"Quimera: Confesiones de la Carne", el sendero de construirse diferente

| |

Quimera. Confesiones de la Carne. El sendero de construirse diferente.

México (2012)

Dir: Libertad Barroso, Luis Carlos Pimentel.

El cine sobre diversidad sexual en México tiene una importante tradición, en la cual se ha transitado por distintos géneros y rebasado el debate sobre si podría considerarse como un género es sí mismo, un intento por clasificar este modo de contar historias que tiene como hilo conductor, el abordaje de la sexualidad y su diversidad.

Es en los años setentas, que una generación de cineastas – Arturo Ripstein, Jaime Humberto Hermosillo, Abel Salazar- que se apartan  de los estilos clásicos y consolidados del cine mexicano antes de esos años: el melodrama ranchero, el cine de arrabal, o comedias familiares, por mencionar los más identificables. Posterior a esos años y conforme se avanza y consolida el llamado también “nuevo cine mexicano” el tratamiento del personaje homosexual se aparta del estereotipo afeminado, deja de ser un personaje de comedia o parodia para ser un protagonista con matices y desarrollo dramático dentro de la trama. Su inclusión como personaje de apoyo y protagonista fue gradual, hasta llegar al abordaje de la diversidad sexual en México desde distintas expresiones, como es la del caso que nos ocupa.

En este caso, el trabajo documental Quimera. Confesiones de la Carne,  resulta interesante por razones que lo hacen distinto alas formas tradicionales en que el tema de la diversidad sexual se trata en pantalla. Por principio de cuentas, aborda junto con los protagonistas, el momento en que se entiende esta diferencia entre la propia intimidad y la de los demás, el momento en que se precisa asumir que por diversas razones uno es diferente a los demás y a los estereotipos construidos del amor, la identidad, la belleza, la sexualidad.

El documental se centra por tanto en las personas y su historia, su relación con su expresión corporal y su propia experiencia en el descubrimiento del erotismo y la sensualidad.

Es decir que el relato se aparta en momentos de la crónica acerca de la relación con los otros, para convertirse en un relato personal e intimista, lo  cual logra hacer empatía con el espectador y lograr uno de los objetivos: reconocernos diversos, pero de ningún modo ajenos.

El documental explora diferentes orientaciones dentro de la sexualidad, la experiencias gay, lésbicas, trasvestis y bisexuales sin que medie ninguna diferencia más que el relato de la experiencia. Las secuencias se acompañan con composiciones visuales de distintos cuerpos que todo el tiempo colocan al espectador en el tema del corporización de las emociones, y el erotismo de los sentidos, poniendo el debate sobre el cuerpo en el centro del discurso, de una manera artística y creativa.

Este cortometraje documental, tiene además el enorme mérito de haber sido realizado de manera independiente, por dos cineastas muy jóvenes, que lograron colocarlo en el El Festival Mix de la Diversidad Sexual en Cine y Video 2012, que se celebra en la Ciudad de México, y que representa un importante semillero de cineastas jóvenes con propuestas interesantes. Es de las cosas que hay que darse el tiempo de ver y comentar, y sobre todo para apreciarlo como lo que es: una expresión de nuestra diversidad en colectivo.