Cuando el cine llegó a México, se comenzaron a integrar todos los temas dentro de este nueva tecnología, y obviamente, la temática patriótica fue una parte importante. De hecho, una gran parte de la Revolución Mexicana se plasmó en celuloide, aunque todo este material no podría clasificarse exactamente como patriótico, pues era más bien material documental. Del mismo modo, el Grito de Dolores, y otros momentos de nuestra historia, fueron plasmados en la pantalla en diversos momentos, pero siempre se trataba de cortos.
El primer largometraje de tema patriótico fue Juárez y Maximiliano, sw 1933, en donde se abordaba el Segundo Imperio desde la perspectiva del Monarca Habsburgo. Si bien era bastante tendenciosa en su representación, como correspondía a la visión post-revolucionaria de la historia, el director Miguel Contreras se esforzó por representar a los austriacos de una forma que generara algo de empatía entre el espectador, algo que si bien provocó críticas, No fue suficiente como para que se prohibiese. Hasta la fecha, sigue siendo una de las cintas más interesantes de nuestra filmografía, en más de un sentido.