El año 2008 resultó uno de los más exitosos para la industria cinematográfica japonesa, de acuerdo a varios de los indicadores que se pudieron ver durante este periodo. Tan sólo a nivel local, las entradas a las salas aumentaron en un 51.8 %, además de que el número de cintas colocadas en el extranjero aumentó en un 23 %. Por otro lado, su industria tuvo presencia en prácticamente todos los festivales a nivel mundial, y se llevó tres premios del circuito primario de festivales, más una docena más en los especializados. Curiosamente, en este año también se comercializaron en Occidente varias cintas que ya habían sido exitosas en Japón en años anteriores, como las versiones en acción viva de Nana y Death Note.