Nunca les ha pasado que cuando planean ver una película, programa de tv, obra de teatro; en fin cualquier cosa, cualquier plan que hayan hecho y sus expectativas son tan bajas ó nulas esperando ver cualquier bodrio dominguero, pero al terminar la función sorprendentemente salen con un buen sabor de boca, pensando que valió la pena ese tiempo invertido y que realmente la película no estuvo tan mal.
Es muy curioso como funciona la teoría de la “expectativa cero”, aunque su lógica es muy simple y sencilla, los procesos mentales que implica son tremendamente complejos. Ya se suena y es fácil, uno piensa lo peor de tal “cosa” y al tener referencias tan malas sobre algo es muy fácil que estas expectativas sean sobrepasadas con unos cuantos detalles que la mejoren.