Este 5 de febrero, se cumplen 30 años del fallecimiento de Rodolfo Guzmán Huerta, quien fuera más conocido como El Santo. Nació en Tulancingo Hidalgo, el 23 de septiembre de 1917, y desde muy pequeño se interesó en la lucha. Hizo experiencia dentro del cuadrilátero durante mucho tiempo, pero fue hasta que su manager Jesús Lomelí le sugirió la identidad de El Santo, que se convertiría en una celebridad.
Aunque su intención principal fue sólo la lucha, su carisma y la popularidad del personaje hicieron que llegara al cine. Curiosamente, las primeras cintas del mismo no las interpretó él, sino que otro llevaba la máscara. A lo largo de más de 50 películas, se volvió una suerte de superhéroe del público mexicano. El luchador se mantuvo en activo hasta el 22 de agosto de 1982, para fallecer sólo dos años después. Su máscara fue tan importante para él, que se le sepultó con ella puesta, y fueron miles de mexicanos los que lo acompañaron durante su sepelio. Incluso ahora, después de 30 años, sigue siendo una parte muy importante de la cultura nacional.