5 carteles promocionales de películas que te dejarán con la boca abierta

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Los carteles promocionales son una parte muy importante del mundo cinematográfico, pues deben invitar al espectador a sentarse en la butaca de una sala de proyección para contemplar una historia. Crearlos es siempre una tarea complicada debido a la borrosa línea que existe entre la sinopsis del guión y el — de sobra conocido — spoiler; en otras palabras, ¡que no cuenten el final!

Actualmente, todos los pósteres promocionales tienen un diseño único, el cual se controla desde la productora encargada de distribuir el largometraje — o incluso medio y cortometraje —, pero no solía ser así a principios de la segunda mitad del siglo pasado. En Polonia, país en el que resido actualmente, las autoridades comunistas no permitían que se publicara material publicitario proveniente del gran enemigo occidental, los Estados Unidos de América.

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Los carteles promocionales de largometrajes suelen ser montajes fotográficos donde se muestra a los personajes y algunas escenas sin desvelar el final de la historia.

De esta manera, la responsabilidad de promocionar los filmes que llegaban desde el otro lado del telón de acero recaía en artistas polacos, que realizaban un gran trabajo artístico. Querido lector, es muy posible que se estremezca el niño que lleva dentro al ver algunos de estos trabajos, pero le recordamos que son solo pinturas y nada es real... Al menos hasta que lo imaginen por la noche.

5) Cabaret, de Viktor Gorka (1973)

Sí, han visto bien, la cara de Liza Minelli es la unión de cuatro piernas en forma de swastika Nazi. De acuerdo, la historia de amor de los dos protagonistas ocurre en medio de la toma de poder del Partido Nacional-socialista en Alemania y — quizás — es necesario el símbolo bajo el que se escondían aquellos malnacidos, pero mirad lo abierta que está la boca de "la Minelli"... Por el amor de Dios, es un engendro salido de una película de ciencia-ficción para adultos.

 

4) Gremlins, de Jan Mlodozeniec (1985)

Imaginad a unos niños polacos pidiendo permiso a sus madres para ver esta histórica película, le enseñan el póster y se quedan más preocupadas de lo que ya estaban porque a sus pequeños les gustan los... ¿De qué va esto? ¿Son cajas sorpresa diabólicas? ¿Un señor con careta de Papá Noel? Pobre de aquel que la viera sin estar prevenido sobre las caras horribles de los Gremlins como Rayita.

 

3) El planeta de los simios, de Eryk Lipinski (1969)

Si esta película la protagonizó Charlton Heston, estoy seguro de que muchos habitantes de Polonia llegaron a pensar que el actor era un mono. ¿Cómo es posible que no se haga alusión al protagonista en el póster de una película? Qué pena que Heston no fuera el primer mono galardonado con el Premio Oscar. ¿Os habéis fijado en el pequeño detalle de la Estatua de la Libertad? Sí, ya te cuentan el final incluso antes de verla. Bien hecho.

 

2) Dirty Dancing, de Mieczyslaw Wasilewski (1989)

Creo que no pudieron hacer un cartel más sugerente. Es muy posible que este trabajo haya sido el culpable de que muchos polacos hayan metido mano a su pareja de baile a finales de la década de los ochenta... Algunos incluso podrían haber llegado hasta el final, bonita anécdota para contar su hijo. Me pregunto qué es ese hilo negro que sale del trasero de la chica... Mejor no quiero saberlo.

 

1) El regreso de la pantera rosa, de Edward Lutczyn (1977)

Sí, amigos, la Pantera Rosa era un leopardo disfrazado. ¿Cómo no nos pudimos dar cuenta antes? Hemos debido de estar muy ocupados contemplando sus viriles bigotes y no nos dimos cuenta de sus manchas y su pelo rubio. Por cierto, señor ilustrador, muy mal al dibujar al personaje con un cigarrillo... Los niños podrían haber empezado a fumar por su culpa. En fin, quiero dar la enhorabuena al leopardo que interpretaba a la Pantera Rosa, logré creerme su personaje toda mi vida.

Quiero finalizar este listado dejando de lado el humor para apreciar estas obras de arte, que, aunque surrealistas, son piezas de colección sin ninguna duda y merecen mi respeto por ser auténticas. Agradezco enormemente a Ernesto Ocampo, redactor jefe de Cine3, que me las haya mostrado.