Es siempre difícil dar a conocer el fallecimiento de una persona de talento, y más cuando se trata de alguien de la talla de Christopher Lee, quizá uno de los actores más completos que hemos tenido. Inició su carrera en papeles discretos, al lado de Peter Cushing, con quien estableción una amistad bastante cercana, y que duró años.
El hombre es bien conocido por haber formado parte de varias de las franquicias más importantes de la historia del cine. Interpretó a dos grandes monstruos, uno La Momia, en 1959, y su inolvidable Drácula, una de las mejores encarnaciones del conde de Transilvania. James Bond tuvo en él a uno de sus mayores enemigos en El Hombre del Revolver de Oro, mientras que dejó su marca también en las sagas de Star Wars y El Señor de los Anillos. Y eso sólo por contar las series, pues el hablar de todo su trabajo actoral sería increíblemente largo, así como el mencionar lo diverso y competo que fue, pues no tenía problema en adoptar cualquier papel aunque su especialdiad siempre fueron los hombres elegantes, delicados, pero peligrosos.
Actor de la más reconocida cepa inglesa, sus trabajos eran impecables, perfectos, y llenos de ese talento que sólo alguien como él pudo dar. Sin duda, el día de hoy el cine internacional está perdiendo a una de sus más grandes figuras.