Muchas veces, los sonidos más espectaculares de una película pueden ser logrados de manera sencilla con piezas que tiene uno dentro de su hogar. Para los cineastas amateurs, el foley puede ser la solución a muchos problemas. El día de hoy, les presentaremos algunos trucos sencillos para lograr efectos interesantes de sonido sin grandes problemas.
- Viento: Una botella de leche, o cualquier otra de cuello amplio, a la que le soplaremos levemente. Al acercarse y alejarse de los labios, se crea el efecto cambiante del mismo.
- Aviones de motor: Graba varios ventiladores de diversos tamaños y a diferentes velocidades, y usa los sonidos juntos.
- Relámpago: Toma una lámina de cobre delgada y agítala violentamente.
- Rebote de bala: Toma una moneda y golpéala de canto contra un plato de porcelana, pero hazlo sesgado, y no como un golpe directo.
- Pasos sobre nieve: Llena una charola de harina, y usa una botella de PET llena de agua, pasándola sobre la misma al ritmo de los pasos.
- Derrumbes: llena una caja de cartón de grava, y golpéala con un martillo en el exterior. Déjala llena a la mitad, o hasta el borde, para lograr efectos diferentes.
- Flechas: Toma una vara delgada de bambú o carrizo, y pásala rápida y violentamente frente al micrófono, para hacerla silbar.
- Vuelos de murciélagos o dragones: Abre y cierra un paraguas frente al micrófono, de acuerdo al ritmo en que quieras el aleteo.
- Fuego: Restriega papel celofán entre los dedos.
- Lava: Abre una lata de comida para perros y déjala caer despacio. Repite el sonido varias veces para simular el burbujeo.
- Fractura de huesos: Rompe una zanahoria grande de un solo movimiento.
- Ácido: Coloca una pastilla efervescente en un plato y deja caer un chorro de agua muy delgado sobre el mismo.
Estas son solamente algunas ideas. Si experimentas un poco, encontrarás mil y un sonidos que podrán ayudarte.