Alvin y las ardillas 2. Ardillas y ¿ardillos?

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Alvin y las ardillas 2

Alvin y las ardillas 2.  Alvin and Chipmunks. The Squeakquel. USA (2009)

  • Dir. Betty Thomas
  • Reparto: Zachary Levy, Jason Lee, David Cross. Voces: Justin Long, Mathew Gray Gubbler, Jesse McCartney, Anna Faris, Cristina Applegate, Amy Poehler

Calificación 3 estrellas

Como era de esperarse, el gran éxito taquillero de Alvin y sus hermanos puso en la mesa todos los elementos para hacer una secuela. Y no me crean mucho pero creo podemos esperar una tercera.

En esta ocasión, Alvin y sus hermanos deben regresar a la escuela luego de triunfar como super estrellas de rock. David ha sufrido un accidente y los deja la cuidado de una tía, que también se accidenta y por lo tanto un primo fracasado es quien debe cuidar de las ardillas.

Y yo no sé porqué, pero las escuelas gringas han cambiado muy poco desde Vaselina: hay que estar en el equipo de fútbol, juntarse con las porristas, son mal vistos los nerds... etcétera. El caso es que ahora hay competencia:  Ian (su ex-representante) ha descubierto a un trío de ardillas (niñas) que serán la competencia natural para los chicos. La rivalidad  aparece y el romance también.

La cosa es que ahora hay ardillas y ardillos (¿chiquillos y chiquillas?) lo cual en inglés se resolvía con The Chipmunks y The Chipettes, pero  en español son ardillas y arditas (?) lo cual suena muy extraño, por decir lo menos.

El rollo es musical, divertido para los niños. Ellos se ríen mucho y algunos hasta bailan con los números musicales. No pasa del seis para los papás, pero es un hecho que los niños la adoran. Sacrificio de temporada, ni modo.

Lo mejor:

  • Ver a las ardillas (niñas)  bailando y cantando All  the single ladies, es todo un espectáculo.
  • La selección musical es como siempre muy adecuada. Balance ochentero (para que los papás no se aburran) con éxitos contemporáneos.
  • Los ojos de las ardillas son expresivos, por un momento se te olvida que ¡no existen!

Lo peor:

  • Pues eso: los clichés estudiantiles de siempre.
  • No hay verdadero conflicto aparente, la historia aparece como una secuencia de distintas anécdotas aderezada con números musicales
  • En fin, lo bueno es que la tortura de oír voces chillonas solo dura 88 minutos...