Ángel caído. Batallas épicas en nuestra hora más oscura.

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Ángel caído. México 2011.

Dir. Arturo Anaya

Reparto: Sebastián Zurita, Emiliano Zurita, José Alonso, Laisha Wilkins, Humberto Zurita.

Calificación 3.5/5

En raras ocasiones vemos experimentos creativos que resulten verdaderamente interesantes. En este caso, nos toca ver la arriesgada apuesta de inaugurar un estilo de hacer cine mexicano, y de hacer un producto enteramente nacional para el que no hay antecedentes en nuestro país.

El cine épico y de fantasía en México es prácticamente inexistente. La evidente falta de presupuesto para lograr los ambientes y los efectos visuales que estas cintas requieren para ser realizadas, son sin duda la razón principal para no embarcarse en proyectos que de momento se antojan irrealizables.  Y no es que no existan historias buenas, es simplemente que llevarlas a la pantalla grande se vuelve una empresa titánica solamente en el proceso de conseguir recursos para filmarla.

Y aún teniendo una buena historia,  hace falta el andamiaje técnico que solo se forma haciendo cine, trabajando en películas que les supongan solucionar retos y aprender en función de los aciertos y los errores. Sin nada de esto a la mano, el levantar el proyecto solo puede ser producto del esfuerzo y el trabajo de mucha gente interesada en hacer algo innovador y diferente.

Y de hecho, al parecer  este es el caso. Arturo Anaya comenta que fueron siete años de trabajo para ver esta película en las pantallas, la primera pelicula mexicana de fantasía épica que se hace con poco menos del 3 % del presupuesto que se gastaba Peter Jackson en cada entrega del Señor de los Anillos. Es así que con mucha creatividad y poco pero bien invertido presupuesto, se realiza este trabajo que cuenta entre otras cosas con una historia interesante y contada de manera sobria pero entretenida.

Basada en los libros que también son de su autoría, Anaya nos narra la historia de Liutprando (Liut), un niño huérfano que en realidad es un Séfiro, mitad humano, mitad ángel. Este niño es la clave para decidir la batalla por el trono celestial entre los ángeles y los demonios y por ello, es necesario esconderlo y prepararlo para enfrentar su destino.

La historia es el clásico viaje de héroe, que va descubriendo su verdadera naturaleza a medida que la verdad de su existencia se le revela. Como también es tradicional en esta estructura, un maestro, (Alonso)  lo ayuda en el proceso y lo prepara para ser un guerrero de la luz.

La cinta es una extraña combinación entre la sobriedad y la magnificencia del relato, que prácticamente cuenta una historia teniendo como escenario el mundo entero y universos aledaños. Vemos poco en cuanto a efectos especiales, aunque algunos de ellos resultan muy sorprendentes.

Un enorme esfuerzo nacional en todos sentidos - desde la historia hasta la animación, está hecha por mexicanos-  que merece la pena ver.  Un gran acierto estrenarla después del verano y en pleno mes de septiembre, arranca con 120 copias y esperamos de verdad que tenga suerte en taquilla. Después de siete años de producción, parece que lo merece.

Lo mejor:

  • A pesar de que la historia transcurre en España, Italia y Grecia, las locaciones se realizaron en Aguascalientes, Durango, Coahuila, Guadalajara, Hidalgo y Baja California. Son de verdad lugares muy hermosos que retratan exactamente  el ambiente que la historia requiere. Sin duda uno de los aciertos más destacados de la cinta.
  • No sería novedad destacar la calidad actoral de José Alonso, si no fuera porque además muestra en en esta cinta un enorme generosidad para soportar la estructura dramática de la historia con su personaje y a su vez acompañar a un elenco muy joven.
  • El diseño de Luzbel.
  • El relato de Caín. Ni que decir que Humberto Zurita se luce.
  • La frase: "prefiero vivir de pie en el infierno que de rodillas en el cielo"   Muy buena.

Lo peor:

  • Es lenta como a la mitad, cuando ya se nos ha revelado el sentido de la historia y no vemos que avance mucho que digamos.
  • Los demonios aguardan pero pasan años sin que se decidan actuar ¿raro no?
  • Nos hacen falta escenas de batalla para sentirnos verdaderamente a merced de la desolación que  la lucha entre el bien y el mal supone.
  • El montaje nos confunde con los lapsos de tiempo. ¿Al final cuántos años tenía el muchacho?