Durante muchos años, los entrenadores de animales eran parte importante de cualquier producción, en especial porque un animal "actor" exige un entrenamiento mucho más cuidadoso que otro tipo. Ellos eran los encargados de coreografias los encuentros entre regimientos de caballería, las tiernas travesuras del niño protagonista, o asefurarse que el fiel mono salvara la vida de su amo recogiendo las llaves justo a tiempo. Sin embargo, el reciente aumento de la conciencia de los derechos de los animales han hecho que las cosas vayan cambiando. Si bien ya quedó atrás el tiempo en el que se mataba y cocinaba a un animal ante las cámaras, como en Holocausto Canibal, las exigencias cada vez han sido mayores. Ahora ya no basta la garantía de que Ningún animal fue lastimado en la realización de esta cinta, sino que los grupos animalistas comenzaron a ser cada vez más exigentes. Uno de los argumentos más usados implica no sólo la posibilidad de maltrato, sino la misma dignidad de los animales, que sostiene queda comprometida al usarlos en la pantalla.
Por otro lado, el CGI está cambiando el panorama, pues como vimos ya en otras ocasiones, a veces es mucho más sencillo generar animales por computadora que el confiar en el comportamiento de algunos de ellos. Por ello, queda la pregunta ¿Cuánto tiempo más podrá sobrevivir este trabajo dentro del cine? El tiempo lo dirá.