El nombre de Anne Rice está inevitablemente asociado a las historias de vampiros, al grado que se le considera la transformadora del mito vampirico de nuestra era. Rice nos mostró vampiros atormentados por sus pasiones, amores, desamores y apegos que trascienden la eternidad. También hay en sus historias vampiros sabios, sensibles, amorosos y compasivos: en pocas palabras acercó al monstruo a su lado más humano. Rice nos mostraba la sociedad vampírica como un modelo paralelo de la sociedad humana. Hay hombres buenos y malos del mismo modo que hay vampiros buenos y malos, sin Dios ni Demonio de por medio, seducidos por la pasión que significa estar vivo, incluso después de haber cruzado la barrera de la muerte. Anne Rice no sólo ha escrito sobre vampiros: también es famosa su trilogía sobre las brujas Mayfair.
Incluso hay un momento que las historias se juntan: los vampiros y las brujas tienen un romance por ahí. El análisis de los libros de Rice nos daría para varios escritos sobre temas específicos: el ambiente histórico, la continuidad de la historia a lo argo de siglos, la determinante presencia de Nueva Orleáns en los relatos (lugar donde la escritora vivió su infancia) y la crítica a la técnica literaria , porque a pesar de no ser una escritora exquisita ha logrado vender sus historias en todo el mundo, traducidas a más de una docena de idiomas, e impactando a público diverso, de diferentes edades, gustos e intereses.
La versión fílmica de La entrevista con el Vampiro, (Interview with the vampire) resulta una de las películas relevantes del género, una aceptable adaptación de la novela con actuaciones destacadas por parte de Brad Pitt y Tom Cruise (de lo mejor que le he visto a este último, la verdad). No así con La Reina de los Condenados, (Queen of Damned) que hace una amalgama de las dos novelas siguientes en la trilogía y que solo lleva gente a las salas por el morbo de ver la última actuación de Aliyah. Es raro que no se hayan hecho versiones fílmicas de las Brujas Mayfair, pero podrían ser sujeto de adaptación en un futuro.
Pero Rice decidió confundirnos con su último trabajo. Esta vez no se trata de una entrega de las crónicas vampíricas ni de las brujas Mayfair. Se trata nada más y nada menos que de un libro sobre la infancia de Jesucristo: El Mesías, el Niño Judío. La autora promete abarcar la vida de Jesucristo en otras dos entregas y esta es la primera. Si bien narrar la vida de Jesucristo desde una perspectiva laica, no es en modo alguno una idea original, si es de llamar la atención que una escritora perfectamente identificada en otro género de la literatura dedique un trabajo tan extenso al tema.
Rice lo sabe, y se justifica con una nota extensa donde deja ver las situaciones personales que la llevan a retomar la religión y la búsqueda de respuestas a las inquietudes personales que la han acosado toda la vida. También cuenta lo exhaustivo de su investigación histórica antes de escribir el libro, y lo complicado de contar una historia que ha sido contada de tantos modos y tantas maneras.
El libro resulta muy mediano en comparación de su propio trabajo – el de Rice- y de los autores que ya han hecho este trabajo antes. Uno no puede evitar comparar al Niiño Judío con El evangelio según Jesucristo de José Saramago y la Ultima tentación de cristo de Niklas Kazantakis. Y la Rice sale bastante mal librada de en este ejercicio, que desgraciadamente resulta inevitable. Y es que Saramago y Kazantakis logran algo que Rice no: levantar una polémica importante, que promueve una discusión interesante alrededor del tema. La versión fílmica de Scorcese,(Last Temptation of Christ) logra levantar tal ámpula que incluso fue prohibida su exhibición en México por muchos años.
Anne Rice no logra llevar el tema a este nivel de polémica porque su intención es mostrar un retrato de un Jesús niño, que no alcanza todavía a comprender su verdadera misión y vive en medio de las confusiones del mundo adulto. Como cualquier niño, en realidad. No hay nada que diferencíe los miedos del Jesús de Rice con otros niños de su edad, incluso en la era moderna. Nunca cuestiona los trances de la fe, ni la naturaleza de los incipientes milagros, lo que revela la propia fe de la autora por encima de la crónica, cosa que para los otros autores mencionados no influye en la manera de contar el relato.
Para los fans de Rice es un libro infaltable porque revela aspectos más personales de la autora. Para los que esperaban una visión oscura de la fe, seguramente quedarán decepcionados. Y es que quizás, lo único que queda asentado, después de leer la nota aclaratoria de la autora, es que es en la oscuridad que se hace evidente la luz.