Antes que el diablo sepa que has muerto. Si sólo conoces una versión de la historia, no conoces nada.

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Antes que el diablo sepa que has muerto. Before the devil knows you´re dead. USA (2007)

  • Dir. Sidney Lumet
  • Reparto: Phillip Seymour Hoffman, Ethan Hawke, Marisa Tomei, Albert Finney.

Calificación 4/5 estrellas

El paso de esta cinta en cartelera fue fugaz  en nuestro país hacia finales del año pasado. Una lástima por supuesto, ya que ahora que  hay oportunidad de verla en sistemas de cable, es definitivamente uno de los dramas contemporáneos que no se pueden dejar pasar.

Lumet utiliza el sistema de contar la misma historia desde la perspectiva de todos los que inetrevienen en ella, descomponiendo el tiempo y narrando el antes y después de cada uno de manera intercalada, aunque no secuencial. Una especie de rompecabezas que nunca muestra una sola versión de lo acontecido y que se complejiza en la narración de los dramas que están involucrados en una historia díficil, cruda, sórdida y compleja.

Hoffman y Hawke encarnan a dos hermanos, Andy y Hank Hanson, hijos de los ancianos dueños de una joyería. Andy está a punto de ser investigado por mal uso de dinero en la empresa en que trabaja, Hank no tiene trabajo y debe meses de la pensión alimenticia a su exesposa e hija.  Es entonces que Andy concibe el plan de robar la joyería propiedad de la familia, vender las joyas y que los padres cobren el seguro. Parecía el plan perfecto si no fuera porque Hank se asocia con un "profesional" ante el miedo de llevar a  cabo solo el asalto y el temor a ser reconocido. Es así que nada sale como lo panearon y el asunto empieza a tomar tintes trágicos. Los problemas económicos pasan a a segundo término cuando vamos descubriendo historias colaterales de infidelidad, adicciones, rivalidad entre hermanos y mucha infelicidad alrededor de una familia que no parecía muy diferente de las demás de primera vista.

Lumet construye una historia que va d elo simple a lo complejo,  agregando elementos nuevos y perturbadores en la medida que el lente se enfoca en cada uno de los protagonistas. Un trabajo de tejido de la trama que resulta interesante, que cambia la perspectiva de lo que sabes a cada momento, que termina donde debe terminar porque ya no tienes estómago ni corazón para soportar más. Al final, con la luz que envuelve la pantalla, recuperas el aliento y tardas un poco en asimilar que es lo que en realidad viste. Un gran trabajo sin duda, que debe haber ameritado la total concentración de quien pudo contar la historia - el director en este caso- sin perderse en los recovecos, siempre teniendo en mente el objetivo central del asunto.

Las actuaciones, además, no demeritan tan intenso trabajo narrativo. Un Seymour Hoffman que se va descomponiendo en cada toma camino a la locura, un Hawke que se recompone en la medida de lo posible antes de caer más bajo y en picada. Eso además del perfecto complemento que hace Albert Finney,  interpretando  a un hombre que no está dispuesto a solamente sentarse a observar como se despedazan los monstruos sin corazón que ha engendrado.

No hay víctimas ni victimarios, sino la extraña sensación de que las culpas no dejan vivo a nadie. Y sobre todo, que la verdad de los hechos depende de la versión con la que cada quien se quede. Uno nunca sabe todo si sólo conoce una versión de la historia. Muy, pero muy recomendable. Véanla en el canal de Isat en sistema de paga, o réntenla si es posible.

Lo mejor:

  • Toda la iluminación parece vespertina. Un sabor agridulce, incluso si se trata de las mañanas de los personajes. Da la impresión de que el tiempo  se detiene un domingo por la tarde, un continuo estado de depresión en el ambiente que resulta verdaderamente perturbador.
  • Un excelente manejo del arte de contar lo mismo construyéndolo y decontruyéndolo a los ojos de los diferentes involucrados.
  • Las actuaciones, en especial la de Hoffman, que muestra un lado sicótico y brutal a medida que la historia avanza.
  • Marisa Tomei tiene su mejor escena cuando se va del departamento y confiesa su infidelidad. El quiebre de quien espera ser detenida sin lograrlo, llegando a su punto de dignidad más bajo, es verdaderamente destacable.

Lo peor:

  • Corres del riesgo de perderte al brincar de una escena a otra. Es posible que no le guste a quienes están acostumbrados a que les cuenten una historia al estilo tradicional.
  • Al final, intuyes que todo irá mal, pero te quedas con ganas de saber en que quedaron las historias intermedias, quién se queda con quién y si logran rehacer su vida los que quedan vivos. Sobre todo porque ya entendiste como a la mitad de la película que no habrá final feliz, así que conocer el desgarre en toda su dimensión hubiera sido deseable.