Anticristo. Arde bruja, arde...

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Antichrist Poster Original

Anticristo. Antichrist. Dinamarca, 2009

  • Dir. Lars Von Trier
  • Reparto Willem Dafoe, Charlotte Gainsbourg

Calificación:  3.5/5

Podríamos empezar por congratularnos de que después de una espera de dos años - levemente esperanzada por su inclusión en la muestra de la Cineteca el año pasado- por fin las salas mexicanas y la cineteca misma, estrenan de modo comercial esta cinta.

Lo malo  es que nada es perfecto: muy pocas copias, horarios incómodos, y solamente una sala y  en uno solo de sus complejos del área metropolitana, es  lo que decidieron dedicarle dos de las grandes cadenas que hay en México (Cinemex y Cinemark) porque Cinépolis de plano ni lo intentó. Una clara muestra de que al final, ni siquiera hay oportunidad de que el mercado o el público decida: vemos en realidad, lo que las distribuidoras quieren que veamos.

Pero también es verdad que no es una película fácil. En dos años, supimos toda la oscura historia de la cinta, (se dice que es producto del proceso personal del Lars Von Trier por dejar atrás una fuerte depresión) los problemas de censura que enfrentó y como obtuvo airadas críticas y encontrados juicios a su paso por distintos festivales. La expectativa entonces ya era muy alta para el público mexicano, por lo que es probable que más de uno salga decepcionado de la sala.

Y es que en realidad se trata de una película pretenciosa, a ratos reveladora, pero que no llega a ser una obra redonda. Lars Von Trier logra engancharnos en la trama, vendernos un argumento que parece interesante, todo  para que  al final no logre  cerrarlo de una manera que resulte verdaderamente convincente, eso incluso atendiendo a la lógica interna de la película.

La película inicia con la historia de una pareja que sufre la pérdida de su pequeño hijo a causa de un accidente. El drama de un suceso tan doloroso, se potencia con la creciente culpa de la madre (Gainsbourg) ya que el accidente ocurre mientras ellos sostenían relaciones sexuales.

El padre (Dafoe) lucha primero con el desconsuelo, después con la angustia y finalmente con claros signos de ansiedad y pánico de su esposa, que pone en serio peligro su salud mental. Decidido a que su recuperación sea completa, opta por  llevarla a una cabaña rústica, en medio de la nada, un bosque misterioso alejado de otras personas y de la rutina diaria.

En este ambiente, todo empeora. Los delirios de la mujer acaban por destruirla sin que su preocupado marido (terapeuta, de hecho) entienda a tiempo el terrible proceso que pone a ambos en serio peligro.

Es así, que el asunto empieza bien. Von Trier nos regala un perturbador planteamiento inicial, nos ofrece una historia intrigante y nos  delinea a los personajes principales en toda su crudeza. Un hombre que siente la impotencia de atender el deterioro síquico de alguien a quien ama, y una mujer debatida por la culpa, el resentimiento, la negación y obsesión al mismo tiempo por el propio placer, nos da un ejemplo claro de manera desgarradora, de lo devastador que es intentar luchar contra los propios insintos.

Hasta este punto, es claro que Von Trier habla desde su propio proceso. Preguntas ansiosas sobre el tiempo que durará la desolación, el porqué el dolor es tan intenso, la aceptación  resignada  de la medicación como remanso para una realidad cruel, punzante y despiadada, son evidentes muestras de que se nos habla desde la necesidad de exorcizar la propia experiencia.

Sin embargo, una vez llegados a a la cabaña, la historia da un giro extraño: el asunto empieza a dejar de explicarse solamente por el desajuste emocional y adquiere un tono mucho mas sobrenatural. Y si bien, Von Trier no consigue alternar con coherencia ambos argumentos, esta parte destaca por una interesante lectura sobra la naturaleza humana y la maldad asociado a instinto primario, a la fecundidad y la sensualidad.

Pensando en la maldad que llevó a la hoguera a miles de mujeres, vemos al descubierto a la mujer y sus instintos. La maldad que reconoce en sí  misma el personaje de  Gainsburg al llevar sus deseos e instintos al extremo. La bruja despierta, entiende su sanguinario rol y decide arder a causa de sus propios demonios internos, a los que ya nadie -ni ella- es capaz de detener.

Escenas perturbadoras que desconciertan al espectador, es lo que tenemos para la segunda parte. Una sensación de que ya no hay punto de retorno y que la tragedia se cierne sobre todo lo que rodea la situación, es el camino para llegar a un final flojo y díficil de interpretar.

En suma,  la curiosidad quedará satisfecha, pero no es seguro que las expectativas superadas.

Lo mejor:

  • La actuación de Charlotte Gainsbourg. Es la primera vez que veo a Dafoe hacer réplicas de diálogo con alguien que luce un aspecto mas perturbado que él.
  • Las escenas oníricas están construidas de manera sombría, pero ello no obsta para que lleguen a ser muestras de un arte particular y exquisito.
  • La primera escena es una muestra de lo anterior, además de que combina elementos sutiles para dimensionar un hecho profundamente trágico. Tal es el caso de la música que la acompaña: el aria Lascia ch'io pianga ( déjame llorar) que la convierte en una soberbia síntesis de los temas que se desarrollarán dentro de la trama.
  • La frase: "es triste ver que la persona que amas, sufre a causa de malas decisiones" es toda una revelación.

Lo peor:

  • Escenas fuertes, sexo explícito, toques "gore" que en ocasiones parecen totalmente gratuitas.
  • No entendí lo de los zapatitos....
  • Dos planteamientos que al final no tienen lógica para estar unidos, es la falla mas evidente de la película.
  • Sarcasmo mal usado en medio de un baño de tortura y sangre, hace parecer de momento a la cinta más  como experimento universitario,  que  como el trabajo de uno de los cineastas más reconocidos del mundo.