El día de ayer el Universal publicó una nota acerca de cómo la disminución en el consumo está afectando a la industria del cine. Las cadenas de exhibición (modo elegante de decir los cines) reportan que la semana pasada seis de las películas considradas más taquilleras, tuvieron una importante baja en la asistencia: La Momia: la tumba del emperador Dragón reportó 54% menos asistentes que la semana anterior; Batman, el caballero de la noche, reportó una caída de 41%; Viaje al Centro de la Tierra cayó 26%, Tripulación Dave reportó bajas por 43%; mientras que Wall—E y Sobre mi cadáver bajaron su afluencia 51% y 43%.
La tendencia a la baja viene desde las segunda semana de julio, alcanzando su nivel más bajo el pasado fin de semana. Preocupante, tal vez, pero perfectamente comprensible:
Habría que decirles a los empresarios que la baja es más que explicable y lógica. La alza de verano llega a su fin cuando los niños tienen que regresar a la escuela, y los papás tienen que pagar uniformes, colegiaturas, útiles y demás gracias. Ya habíamos mencionado por aquí que el salario mínimo que perciben los trabajadores hace que la ida al cine se vuelva prohibitivo para muchas familias, y en epoca de entrada a clases supongo que es una opción prácticamente descartada
Antes de buscar las respuestas de la caída en la venta de boletos en la piratería y demás, sería bueno plantearse esquemas lógicos de consumo y acceso para una realidad como la nuestra. Y no salir a clamar peligro de bancarrota, cuando tampoco dicen en la nota a cuánto ascendieron sus ganancias durante toda la temporada. Seguro que ya en blanco y negro no les fue tan mal, hagan bien sus cuentas.