Batman VS Superman es la caricatura de un sábado olvidado

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Bruce Wayne (Ben Affleck) está profundamente enojado con Superman (Henry Cavill).

Y es fácil entender por qué. El inicio de Batman VS Superman: El Despertar de la Justicia (abreviado como BVS a partir de ahora) comienza con el final de El Hombre de Acero desde la perspectiva de Wayne: Metrópolis como el terreno del caos, víctima de una invasión extraterrestre que sólo el recién llegado Superman puede detener, en parte porque los invasores son de su planeta original. Mientras el apodado “hombre de acero” elimina secuaces sobre-humanos con toda la fuerza que tiene, los edificios explotan, las calles se abren por la mitad, y cientos de personas mueren, incluyendo a casi todo el equipo de Wayne. Así, el vigilante de Ciudad Gótica fija la mirada en su nuevo objetivo, el cuestionable héroe de Metrópolis y, con el paso del tiempo, toda la humanidad.

Ben Affleck debuta como Batman
Ben Affleck debuta como Batman

La furia de Wayne está sustentada en la pérdida de seres queridos como consecuencia de las bruscas acciones de Superman, pero también podría verse como un símbolo de la audiencia que vio al hijo de Kripton causando el desastre hace 3 años. Es decir, el público que observó, con distintos juicios de valor, a El Hombre de Acero, la primera entrega de Superman con Cavill desde la olvidada Superman Regresa de Bryan Singer. Esa película, al igual que BVS, fue dirigida por Zack Snyder, responsable del mundo DC tras la intervención de Christopher Nolan con Batman, que resultó en - debatiblemente - las mejores películas de héroes en el medio cinematográfico.

Henry Cavill regresa como Superman
Henry Cavill regresa como Superman

Tres años después de El Hombre de Acero, la transición Nolan a Snyder sigue llamando la atención: ambos cineastas son notablemente distintos. Mientras que Nolan usó a Batman como ejemplo para cuestionar los motivos, necesidades, y la utilidad del héroe en una sociedad, haciendo de su vida una tragedia propulsada por una serie de villanos cuya memoria prevalecerá por décadas, Snyder no puede evitar convertirse en un niño de 6 años que destruye sus juguetes, a la espera de que una fuerza mayor los rescate - y en el camino, irónicamente, haga más destrucción - No es que uno sea mejor que el otro, pero si hay una diferencia de identificación con el presente. Nolan ayudó a forjarlo, siguiendo el camino de Singer y Sam Raimi con Spider-Man. Pero Snyder parece ver al cine de superhéroes, al menos los de DC, como una caricatura de sábado por la mañana, donde la acción (es decir, las explosiones, persecuciones, golpes y demás proezas físicas) vive encima de cualquier otra cosa.

Pero aquel sábado se ha olvidado.

Jesse Einserberg como Lex Luthor es uno de los pocos elementos rescatables de la cinta
Jesse Einserberg como Lex Luthor es uno de los pocos elementos rescatables de la cinta

Y por una razón clara: Se ha vuelto más interesante observar al personaje desde dentro hacia fuera, que sólo presenciar su acción, en parte porque esta queda más cercana al público actualmente. En palabras de otro espectador, durante una secuencia de BVS cuando Batman rescata a Martha Kent (Diane Lane) de una colección de maleantes, imita casi todo el combate de los excelentes videojuegos Arkham. Ver pierde fuerza si se puede hacer, y la creciente realidad virtual sólo aumentará este principio. Aún así, Hombre de Acero defiende la acción, y con un precio: es una cinta de casi 3 horas de sobre-explosión, sobre-golpe, sobre-movimientos de cámara, donde los zumbidos en la cabeza del público sólo invitan a tomar una Super-Aspirina, y no volver. Es suficiente para enfurecer a Bruce Wayne, y BVS es un intento de redención.

Gal Gadot apenas interpreta a La Mujer Maravilla
Gal Gadot apenas interpreta a La Mujer Maravilla

Con una duración comparable (2 horas 30), BVS pasa más tiempo dentro de sus personajes que fuera, adaptando un elemento de la serie Batman-Nolan que funciona bien para el Hombre de Acero. En este mundo, la presencia de un héroe no es recibida con absoluto optimismo, y su necesidad se cuestiona: El congreso de Estados Unidos no sabe qué hacer con Superman, Perry White (Laurence Fishburne), editor del diario El Planeta, se asemeja a J. Jonah Jameson en el tratamiento del superhéroe, por más muecas que Clark Kent haga al respecto, y las empresas privadas como Lexcorp mueren de ganas por destruirlo, especialmente tras descubrir una gran roca de Kriptonita en el océano Índico (un potencial agujero de trama que pasa desapercibido en comparación a otros detalles, de los que se hablará después) Al mismo tiempo, Kent/Superman no tiene palabras agradables para Batman: cree que está por encima de la ley, dejando una marca en los delincuentes que persigue y tortura. ¿Por qué se ve mal de Superman, y a Batman no? La pregunta se puede voltear, y mucho antes de los golpes físicos, la cinta construye un elemento característico de las otras películas que la preceden: un debate.

El brevísimo cameo de Aquaman resulta más interesante que el resto de la cinta. Para algunos, eso dice bastante
El brevísimo cameo de Aquaman resulta más interesante que el resto de la cinta. Para algunos, eso dice bastante

En este sentido, el logro de Snyder merece un reconocimiento amplio: la complejidad, más verosímil y exitosa que tres años antes, de un personaje “simple”. Y al mismo tiempo, la conservación de esa sencillez, en personajes y situaciones muy específicos. El mejor ejemplo es el Lex Luthor de Jesse Eisenberg, como si el espíritu de Gene Hackman en Supermande Richard Donner se hubiera mezclado sutilmente con el Guasón de Heath Ledger en El Caballero de la Noche, ofreciendo a los villanos actuales como adolescentes arrogantes, una sátira del imperio juvenil-millonario. El propio Eisenberg interpretó a un personaje así en La Red Social, y ello lo acerca más a una interpretación de Luthor que cambia la risa por la tensión de un momento al otro. También permite marcar un puente entre tradición y modernidad: Mientras el gobierno, la prensa y Bruce Wayne analizan detalladamente qué hacer con Superman, Luthor sólo lo quiere ver muerto, porque, finalmente, es Lex Luthor. También, su ocasional presencia es mucho más interesante - y aprovechada - que la de Gal Gadot, la chica guapa en turno que ve a Wayne con sospechas antes de desaparecer misteriosamente, y antes de convertirse, por míseros 5 minutos, en una popular super-heroína.

Tan cerca, tan cerca, y tan lejos...
Tan cerca, tan cerca, y tan lejos...

BVS podría ser el Batman Inicia del mundo de Superman, el comienzo de un futuro interesante… Si tan solo durara 2 horas. 2 horas 10, máximo. Y si Snyder hubiera contenido a su niño interior. Pero no lo consigue, y las consecuencias son conflictivas: BVS se convierte en dos películas, cuya co-existencia hace de lo profundo absurdo, de lo analítico olvidado, y de lo emocionante agotador. El sábado del olvido acecha de nuevo.

Curiosamente, el Talón de Aquiles de BVS podría estar desde el título, desde presentar a la cinta como una confrontación física entre superhéroes, cuando gran parte de su narrativa no se trata exactamente de eso, sino de un juego argumentativo. Cuando los golpes finalmente salen, la cinta comienza a desmoronarse. A comparación de Hombre de Acero, la secuencia ciertamente no es tan exagerada, pero inicia una serie de giros y decisiones narrativas que reducen cualquier interés previo a polvo, empezando por dudas respecto a la identidad de un personaje que podrían iniciar una nueva franquicia: SuperFreud.

Martha Kent también es un personaje importante...
Martha Kent también es un personaje importante...

Desde ese punto hacia delante, la cinta se convierte en lo ya esperado de Snyder en Hombre de Acero: Toneladas de explosiones, golpes y ruidos, que sólo se interrumpen a cambio de escenas que demuestran aún más la falta de verosimilitud. Esto queda claro cuando Superman, en plena batalla contra Doomsday (un villano de Kripton a quien Lex Luthor libera sin problema alguno, porque es así de fácil liberar a un monstruo alienígena), apoyado por Batman y la Mujer Maravilla (la misma Gal Gadot) cuya espontánea aparición es todo menos sorprendente, escucha los gritos de Luisa Lane en la distancia, ahogándose. Como si el mundo no se estuviera viviendo literalmente abajo, el Hombre de Acero toma vuelo, rescata a su amada con una serie de cursilerías, y regresa al combate. Nada como una superproducción de millones de dólares y años de desarrollo para demostrar el poder más patético de todos: SuperCoDependencia.

BVS es mejor y peor que Hombre de Acero, y esos conceptos aparentemente contradictorios constituyen su decepción: es una película con muchos personajes, situaciones, promesas e ideas, y una gran parte funciona como cimientos de un Superman actualizado, moderno, consciente del pasado y la tradición en el medio cinematográfico. Pero la otra parte es el regreso a une época más simple, y el tono absurdo de esta es también un desprestigio a aquella visión de los superhéroes. Al final, las secuencias de acción también deberían tener sentido e intención. Los personajes, lo mismo. Como una de decenas de películas basadas en cómics, y con la competencia entre Marvel y DC acercándose cada vez más, BVS termina pareciéndose más a una última oportunidad que un intento de exploración, como si el Superman de Cavill y Synder fuera tan terrible como el Batman de Joel Schumacher. Pero no es así. Honbre de Acerofue una oda a la exageración, y BVS es un intento bien intencionado, pero fallido, para escapar de esta. En lugar de ser otro espacio para analizar el por qué ser un héroe, es una colección de elementos inacabados y acelerados, como si fuera el ensayo público de una película mucho más grande, con más personajes, más acción, más explosiones, más dinero, más anticipación, más, más, más... Más, excepto interés.

Y quizás si es un ensayo. Y la otra película está por llegar.

Manuel Cruz

@cruzderivas