Claros y oscuros en la programación de esta segunda jornada de Nocturna, el festival de cine fantástico de Madrid. La jornada era abierta por Soulmate, una cinta peculiar de fantasmas que venía de cosechar un éxito relativo tanto en Sitges como en el Fantasporto. La película no se entiende sin recrearnos un poco en su intrahistoria. Su directora, la belga Axelle Carolyn es no sólo una asídua secundaria en las películas de Neil Marshall, si no que es también su esposa en la vida real. Entre Carolyn y su marido idearon la cinta de la que es objeto esta reseña, pero tanto el tono como las formas se alejan del desafiante impacto visual que propone el director inglés. Así, Marshall aparece en los créditos como productor ejecutivo, y es su mujer la que dota de forma a las casi dos horas de metraje. El producto resulta una película atmosférica, que se ampara en la tradición del cine de fantasmas británico para ofrecer un relato, original al menos, pero que se espesa en una sucesión de eventos ciertamente repetitivos y poco tangibles que terminan, por mor de repetitivos por saturar la retina del espectador que no es capaz de encontrar en la sucesión de bellas postales que le presentan, el hilo que hilvane por completo la histora. Historia, con todos los elementos típicos del género, casa encantada incluída que sólo cuaja en los últimos minutos, lo que consigue que a pesar de todo, resulte en un ejercicio de estilo personal con los característicos momentos de tensión que podríamos esperar. Más bien una película de misterio que de terror, Soulmate es una cinta que encaja bien en la sección de Dark Vissions del festival, pero a la que se le podría haber sacado más partido.
Y está bien que hayamos mencionado a Marshall, que es conocido por su extraordinaria The Descent para presentar la que hasta el momento resulta ser la película del festival. Beneath, de Ben Ketai. Ketai, conocido principalmente por su labor como director de la serie de televisión Chosen, recoge los elementos de lo que ya es un subgénero en sí mismo como es el de atrapados bajo tierra. Vemos en Beneath todas las piezas características de este tipo de thriller, la claustrofobia, la opresión, la futil lucha del ser humano contra una naturaleza implacable, que son narradas con agilidad (se agradece la breve presentación y la rápida transición al cuerpo de la película) para, mediante la inclusión de elementos fantásticos breves pero desconcertante, lograr un desasosegante relato que realmente plasma en imágenes todos los tópicos anteriormente narrados. El argumento difiere poco de otros títulos. En esta ocasión, serán unos mineros los que sufran un accidente en el que en un principio todo parece estar controlado y que va derivando en una espiral de locura con final abrupto. Muy buen título que venía de arrasar en el Screamfest del año pasado con 6 títulos y que a buen seguro, algo arañará en este Nocturna 2014.
La jornada se cerraba con VIY en su premier española. Una coproducción ruso-británica que en su estreno, ha sido la que mayor recaudación ha cosechado del público ruso. Dirigida por el prácticamente desconocido Oleg Stepchenko, presenta un cartel repleto de caras conocidas, como el protagonista Jason Flemying, con una larguísima trayectoria a sus espaldas, o el no menos prolífico Charles Dance con un corto papel cercano al cameo. Remake de la cinta de 1967 (por cierto, un clásico del cine fantástico soviético), nos presenta una variación en la historia que hace protagonista no al clérigo de la primera parte del relato de Nikolai Gogol (sí, el de Taras Bulba) si no a un cartógrafo británico en ruta por las profundidades del caucaso en los tiempos del imperio ruso. Una cinta tal vez excedente de metraje, con marcado elemento fantástico, pero que, tal vez porque todavía esté a la espera de su montaje definitivo, confunde al espectador por ratos con una pléyade de personajes que entran y salen de escena sin que realmente la historia llegue a pivotar sobre ellos. El resultado final resulta una mezcla entre el Sleepy Hollow de Burton, Los Hermanos Grimm de Gilliam aderezado un poco con las infernales criaturas del Bosco que por momentos recuerdan al universo de Lovecraft. Un amasijo del que se extraen cosas ciertamente interesantes, pero que no basta para justificar su abultado presupuesto.
Resumiendo; Nocturna va tomando cuerpo, y va despegándo conforme se adentra la semana en lo que parece ser un día de transición ante la gran etapa de mañana