Biutiful. El puente entre la vida y la muerte.

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Biutiful

Biutiful. España, México (2010)

  • Dir. Alejandro González Iñárritu
  • Reparto: Javier Bardem, Maricel Álvarez, Hanaa Bouchaib, Guillermo Estrella.

Calificación 4 estrellas.

La expectativa por ver esta película es grande entre el público mexicano, y hay que decir que no sale mal librada en su primer fin de semana de exhibición. Biutiful es un fenómeno que vale la pena analizar desde dos perspectivas, una por lo que siginifica  para la industria nacional que un mexicano esté al frente de un proyecto como éste, que ha sido visto y comentado a nivel internacional y en foros tan importantes como el Festival de Cannes; y otra por lo que la película es en sí misma como creación artística.

Por lo que toca al primer punto, la película se perfila como lo más relevante del cine de factura mexicana a nivel internacional. La película fue tratada bien por la crítica y el público, cosa que es raro que suceda. Además la expectativa de ver  en pantalla el primer largometraje de Iñárritu sin llevar a Arriaga como escritor, sin duda generó una enorme curiosidad, que al parecer no desilusiona a los expectadores. Buenos comentarios al terminar la película y salas ocupadas por más de la mitad de sus asientos, parecen ser un buen augurio para la taquilla y la publicidad de boca en boca.

Pero Iñárritu debe plantarse muy bien sobre la tierra y no hacer mucho caso de quienes ya lo comparan con Buñuel y cosas así. Debo decir que es el mejor trabajo que le he visto, superior por mucho a todo lo hecho antes, incluso la muy gustada Amores Perros. Pero de eso a creer que es lo mejor que tenemos y nuestra carta fuerte, hay mucha distancia. Cuidado, pues, con escuchar el canto de las sirenas y perderse en el camino.

Y es que con esto llegamos a la segunda perspectiva: la de la película en sí misma. Una historia sórdida, desgarradora y sin concesiones es lo que vemos en pantalla. El personaje central es tan c0mplejo, que el primer gran elogio que se debe hacer a la película es la elección de un actor de la talla de Bardem para darle vida a Uxbal, un hombre con cáncer terminal, una familia rota y un complicado modo de subsistir en el mercado de la piratería y el comercio informal.

Una trama compleja, un personaje díficil, un héroe trágico, un hombre cayendo en picada sin posibilidad de salvación. La verdad es que resulta tan abigarrado, que da la impresión de que podrías haber hecho dos o más películas para abordar y explicar todas las aristas posibles de la situación.

Sin embargo, a mi juicio lo más interesante es el debate acerca de un hombre que se se sabe a punto de morir, angustiado por lo que será de sus pequeños hijos, con una esposa alcohólica y bipolar que no puede ni cuidarse ella misma. Agrega complejidad al asunto el hecho de que Uxbal tiene la extraña facultad de poder entrar en contacto con los muertos, y aún así, siente un tremendo terror hacia la muerte, y una indignación profunda con el destino por padecer una enfermedad mortal.

Esta sola premisa hubiera bastado para construir la película. Agregar el drama de imigrantes, vendedores ambulantes y maquiladores solamente ocasiona momentos de asfixia para el espectador que no esta seguro se entender porqué la historia no te deja respiro en ningún momento. La desesperanza aunada a un lento ritmo de narración, hace que por momentos mires el reloj a ver si por fin ya se acaba ésto.

En lo personal, me quedo con la parte del hombre condenado a muerte que no sabe, ni quiere desapegarse de la vida. me recordó en momentos lo planteado en un magnífico libro que recomiendo mucho a quienes padecen enfermedades crónicas o  conviven con alguien que sufre algo así. “Tuesdays with Morrie” es uno de los libros más leídos en la Unión Americana. Morrie es un profesor que padece esclerosis lateral amiotrófica, sabedor que de que le queda muy poco tiempo, decide asesorar a uno de sus alumnos -quien escribe el libro- la última tesis. Morrie habla en algún momento que cuando padeces una enfermedad crónica y estás a los ojos de todo el mundo a las puertas de la muerte, la gente empieza a mirarte con curiosidad y te pregunta qué piensas, qué se siente….te conviertes en una especie de puente entre la vida y el más allá. Tú mismo empiezas a verlo con mayor claridad, no hay más que hacer que esperar el fin con serenidad, porque te empiezas a debatir entre la despedida, el desapego y la curiosidad.

El personaje de Bardem, lleva la premisa del puente en silencio y en soledad. Sabe que el puente existe, pero tiene miedo de cruzarlo y la  inercia de ir hacia donde se debe y no hacia donde se quiere, es el principal drama con el que espera el fin de su existencia.

Conmovedora y profunda, no apta para personalidades depresivas. Lleven pañuelos desechables, más vale.

Lo mejor:

  • Javier Bardem, por supuesto. Si bien  no es la primera vez que lo vemos en un papel como éste, (en Mar abierto también interpreta a un hombre enfermo sin posibilidad de cura) la verdad es que logra ser la columna vertebral de una historia compleja, haciendo gala de un gran oficio actoral.
  • El diálogo con la mujer que comparte del don de contactar a los muertos. Profundo y sensible, el sentido común en medio de tanta desolación. Es la escena mejor escrita y más profunda de toda la película, sobre todo con consejos como el de "sabes que te vas a morir, puedes negarlo y apretar los dientes, como hacen las personas necias, pero sabes que te vas morir..." fuerte, sí... pero profundamente verdadero.
  • La frase.."no son las estrellas amor, son tus nervios..."
  • La música de Santa Olalla como siempre, un acierto.
  • El final, amarrado y coherente. Buen cierre.

Lo peor:

  • Que bien pudieran ser dos películas en una. La asfixia te cansa, es demasiado drama en una sola película.
  • Todos los espacios pequeños, cerrados, sucios. Terminas por sentirte encerrado en un atmósfera lenta, que hace que sientas muchas ganas de salirte de la sala ( de hecho hay quien lo hace)
  • Lenta sobre todo al principio cuando no has entendido la circularidad del relato, hace que no prestes atención a detalles que se volverán importantes. Lenta también hacia el final, con la angustia de que presientes un desenlace que se va a haciendo más trágico, aún cuando crees que ya no puede serlo más. Desespera, de verdad.