Breve historia del cine (Escandinavia)

En 1913 la forma más innovadora de usar la luz en el cine estaba en manos de Benjamin Christensen. Se matriculó en 1901 en la famosa escuela del Teatro Real de Copenhague. Fue actor de teatro, pero abandonó la escena en 1907, regresó en 1912 a su trabajo como actor, pero esta vez en la ya pujante industria del cine danés, en la que no tardó en verse interesado por la dirección de películas.

La primera de ellas fue La X misteriosa (Det Hemmelighedsfulde X) de 1913. El propio Christensen interpreta a un militar envuelto en una intriga de espionaje y adulterio. El conde Spinelli, profesa gran devoción por la esposa del militar y también está interesado en los planes de ataque del ejército rival.

El militar descubre una carta comprometedora entre su mujer y el conde, quien en alguna ocasión tiene acceso a información reservada del ejército en casa de su amada. Spinelli avisa al bando contrario del plan de ataque, y por ello el militar es acusado de traición. Pero, debido al posible adulterio de su mujer, no intenta evitar su condena.

En la obra de Christensen la trama se combina con una fantastica fotografía, montaje en paralelo, la utilización de grafismos como parte integrante de los fotogramas, un compendio de luces que se dibujan en las sombras. Muestrario de perspectivas en la oscuridad.

En el minuto 1:11:25 destaca la escena donde se va dibujando la figura de un enorme elefante (un dibujo que su hijo había hecho en el reverso de una carta de vital importancia para la historia) y una X en su interior. La firma misteriosa de esa carta y la que da título a la película sobrepuesta al plano de ella durmiendo.

Osado debut de Christensen, sin embargo, su obra maestra llegó en 1922 con Häxan La brujería a través de los tiempos. Tenía múltiples fuentes de luz y complejos efectos especiales. Basada en el estudio de Christensen sobre el Malleus Maleficarum, una guía alemana del siglo XV para inquisidores, Häxan es un ensayo acerca de la superstición y la incomprensión de los trastornos del comportamiento que podrían haber sido interpretados como posesiones demoníacas.

Aunque pareciera un documental, la película contiene secuencias dramatizadas que podrían tomarse como el precedente de las películas de terror. Contiene una meticulosa recreación de escenas medievales que le llevo a ser la película escandinava más cara jamás realizada en el cine silente, con un costó casi dos millones de coronas suecas.

Una obra de arte que ganó la aclamación en Dinamarca y Suecia, pero que fue mutilada, censurada  y prohibida en otros países debido a las descripciones gráficas de la tortura, desnudez, y perversión sexual.

Otro gran ejemplo de la innovación en Escandinavia fue Victor Sjöström en Suecia. Körkarlen La carreta fantasma de 1921, es la cúspide de su obra. Basado en la novela homónima de la escritora sueca Selma Lagerlöf, Sjöström adaptó, dirigió y tomó el papel protagónico.

Una antigua creencia nórdica, constituye la premisa del argumento: quien muere en la noche de año nuevo debe conducir durante un año la carreta fantasma que transporta las almas de los muertos.

El personaje de Sjöström, es un individuo ruin y miserable que se niega a acudir al llamado de una monja del ejército de salvación que agoniza. Los dos compañeros del hombre desatan su furia ante tan vil acción y le asesinan en medio del cementerio en la víspera de año nuevo. Así comenzará su labor como el nuevo conductor de la carreta fantasma.

El uso de la doble exposición para mostrar la separación entre cuerpo y alma, y el mundo de los muertos y el de los vivos, es magistralmente llevada a cabo por Sjöström, que también hace alarde de la narrativa inversa. El flashback como técnica narrativa que retrotrae la narración temporal a un acontecimiento pasado con la intención de configurar el presente.

En la segunda y tercera década del siglo XX el mejor cine estaba en Escandinavia, pero Christensen y Sjöström se volvieron famosos y se dejaron seducir por el lugar que sería la meca del cine a partir de entonces: Hollywood.