De acuerdo a Newton, a cada acción corresponde una reacción igual, y en sentido contrario, y parece que estas leyes se cumplen también en el cine. Tras del enorme éxito que tuvo la cinta Crepúsculo, han sido muchos los autores que han regresado al tema del vampiro, buscando devolverle su vieja aura de misterio y terror. La más reciente cinta de Neil Jordan, que por cierto ha estado esperando desde el año pasado para ver las salas, retoma la parte de esta saga en donde el fenómeno inicia en un microcosmos, en este caso un pequeño pueblo costero, que ve su calma afectada por la llegada de dos damas de sociedad, que con sus hábitos trastornan la rutina del lugar. Sin embargo, una serie de incidentes les hace sospechar que quizá no sea sólo su condición de citadinas el único motivo que explica su extraño comportamiento. La cinta ha generado mucho interés entre las pocas personas que la han visto, y al parecer es un excelente ejemplo del horror íntimo. Habrá que esperar a los estrenos de este verano para ver los resultados, pero de primera instancia parecen prometedores.