Caminando con Dinosaurios. La inequívoca influencia Spielberg

El día de ayer asistí al espectáculo Caminando con Dinasaurios, que se presenta en el Palacio de los Deportes de la Ciudad de México. Ni modo, para eso trae una hijos al mundo.

Debo decir que quedé gratamente sorpendida, porque se trata de un show bien muy pensado para el público al que va dirigido y con un uso inteligente de la tecnología disponible para recrear a los gigantescos animales que han cultivado alrededor de sí un culto propio.

Me hizo pensar que esta especie de culto popular empieza con Jurassic Park, película que data de 1993 ( ¡hace 16 años!) y que resulta innovadora y revolucionaria por dos razones: una la que tiene que ver con la inusual historia, que requería además de la maduración de técnicas de efectos especiales sofisticados, para por fin ver a dinosaurios casi verdaderos en la pantalla y otra, porque Spielberg muestra todo lo que había aprendido desde Tiburón.

Este show - de hecho-  se beneficia enormemente de desarrollo de los animatronics, porque vemos  en vivo  algo muy parecido a lo que debe haber usado Spielberg en la legendaria película.  Pero el asunto de la influencia no termina ahí. Un paleontólogo (un híbrido entre Harrison Ford y Sam Neill) es quien narra el asunto y explica el recorrido para los pequeños. Las especies que se muestran son todas las que vimos en las películas, que niños y papás conocen bien.

Pero lo mejor de todo: La entrada trinufal del T-Rex es toda una experiencia.  Con anuncio digno de una rockstar, el fondo se abre, la enorme bestia aparece. Los papás ( sí, así como lo leen) gritan, aplauden, se paran de sus asientos. La euforia crece con el primer gruñido a todo volumen de la bestia. Más aplausos y más gritos.  Hay que decir que los papás pertenecen a esa generación que descubrió los dinosaurios y su encanto, justamente gracias a Jurassic Park. Y no es raro que ahora, encantados de la vida lleven a sus hijos a concerlos de una manera que antes no se habría podido.

Total,que el show es bueno. A los niños les encanta, los papás salen con un pedacito de nostalgia compartida y comentando en la escalera: "hijo, llegando rentamos Jurassic Park, vas a ver que te va gustar..."