Capadocia s01ep04

| |

 capadocias01ep04.jpg

El día de las Madres.

Para ver Capadocia tengo que amarrarme el estómago. No puedo evitarlo. Aunque he visto un montón de series que tratan de personas con los más bajos instintos y estándares, Capadocia siempre hace que se me revuelvan los intestinos por las temáticas que transporta. En esta ocasión, es el tema de las Madres.

La primera historia trata de una Madre, para ser más específicos, una monja. Ésta trafica drogas y todo lo hace por el bien de sus niños. Sin embargo, una vez que está dentro de capadocia, se ven hasta donde llegan los trastornos religiosos y la auto tortura de alguien que no está bien de la cabeza o simplemente le metieron demasiado rollo. Bien lo dicen todos: Si te excedes en algo, ya es fanatismo.

Y es más que obvio que la Monja no está en sus cinco sentidos. Nadie trafica drogas y al mismo tiempo pide perdón al cielo como si lo que hace no es malo. La monja tiene de esas fajas de mecate sin tratar, para que se auto flagele al caminar. Y no solo eso, sino que tiene toda la espalda con marcas y cicatrices de que le encanta darse sus latigazos. Eso, no es normal, es puro fanatismo. Ahora, me pueden decir un montón de cosas acerca de la religión, pero si yo veo a una persona con esas tendencias, la neta me hago a un lado porque son los primeros en subirse a una torre y empezar a querer salir en CNN.

La segunda historia es la abuela que todos quieren: Magos. Esta mujer hizo lo que a ella le pareció correcto: matar a sus hijos para evitar que su padre siguiera abusando sexualmente de ellos. Esta historia aunque es la que mas te hace moler los dientes, es la que suena más real que todas. Tan solo hay que acordarnos que no tiene mucho el tipo ese de Australia que tenia secuestrado a su hija y que procreo con ella.

Pero Magos tiene un detalle, justo cuando quiso matar a todos sus niños, la hija mayor, Irene, se salva y ahora odia a su Madre y lo que es peor, aunque ella estaba embarazada de su padre, termina viviendo con él. Como en Capadocia se paga a las internas por su chamba, Irene quiere el 30 % de lo que Magos gana para ayudar a aquel que la embarazo cuando tenia poco mas de 12 años.

La tercera historia es la misma Teresa Lagos, y es ella con la que yo ya me harté porque intenta ser un Capitán América en donde simplemente no hay cabida para eso. Es como un cíclope de los X-Men que se niega a abrir los ojos e intenta ver la vida como si fuera un sueño de color de rosa. No sólo porque no puede controlar a su familia, la cual está fuera de borda, sino porque en Capadocia, todo se le va de las manos y no lo ve.

Como ejemplos: La salida de la Colombiana para que se la chute no se qué político. El licenciado Federico que quiera uno o no, maneja Capadocia y es el mensajero de que es lo que va a pasar ahí, claro, eso hasta que la Bambi esté bien instalada. Por cierto, que tantos contactos tuvo la Bambi para determinar que el Licenciado le gusta que le midan el aceite, porque aunque ya había dado pistas bien sutiles que no había notado, pues es en este capítulo el porque era tan inmune a las mujeres.

Otro ejemplo es que en Capadocia, simplemente Teresa Lagos tiene que hacer lo que le digan. Si quieren un festival los diputados, tiene que torcer el bracito, si quieren suicidios, tiene que aceptarlos, si quieren armas dentro de su cárcel de primer mundo, no lo puede evitar.

Ah, y un amante que le llama a la casa y que pronto se va a chutar a su hija, con una coronela que se está chutando a su ex-marido.

Teresa Lagos necesita irse pero ya.

4 estrellitas, y no la recomiendo ver después de cenar.

[rating:4/5]