Es casi un cliché el decir que, en casi todas las películas, el villano es el que suele robarse la cinta, pero lo cierto es que hay más de un caso que parece probarlo. Y en el cine mexicano, existe uno especialmente notable, pues el villano no sólo resultó más memorable, sino que la pareja que hacen él y su asistente se convirtieron en un referente. Claro, hablamos de la trilogìa de La Caperucita Roja.
La primera cinta data de 1960, planeada como una cinta infantil. Sin embargo, la aparición de El Loco Valdéz y Santanón como el Lobo Feroz y Zorrillo, la convirtió en un clásico inmediato, que atrajo a los pequeños tanto como a los adultos. La cinta fue tan popular, que generó tres cintas prácticamente consecutivas, en donde aunque María Gracia, quien encarnaba a la Caperucita Roja, era la estrella, los protagonistas de facto eran este par, pasando en las dos cintas siguientes a ser los héroes de la misma.
Si bien como películas dejan mucho que desear, lo cierto es que las tres son placeres culpables que es posible ver una y otra vez. Y tras de la muerte del célebre cómico, es un buen momento para recordarlo.