Si algo tienen los análisis históricos cinematográficos de los Estados Unidos, es que no son exactamente los más confiables en cuanto a objetividad, y más cuando está de por medio el espíritu americano. En esta cinta, en donde Tom Hanks experimenta con un tema algo más alejado de lo que ha hecho, nos narra el incidente del MV Maersk Alabama, navío secuestrado por piratas somalíes en el 2009, y primer buque de esta bandera en ser capturado en 200 años. Considerando las circunstancias en que se dio el hecho, fue realmente un incidente menor, aunque obviamente dramático para los involucrados, y que pudo haber dado mucho para un drama psicológico. Pero el intento del director Paul Greengrass de convertirlo en una historia épica, sólo logra desvalorizarla por simple reducción al absurdo. Una excelente premisa que, desafortunadamente, se pierde por tratar de convertirla en una oda a la voluntad estadounidense, que como sabemos, es más palpable en el cine que en la vida real.