“Carrie” de Brian DePalma: La inocencia perdida en el cine de terror

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Carrie

¿Cuándo fue que el suspense de Hitchcock perdió su inocencia infantil?, ¿Acaso fue el gore que con su sangre indeseable  manchó el blanco legado del hombre cuervo?... ¿o talvez fue Panchito, el que dejo de sentir la presión de un balde de sangre que amenaza con caer al un vestido del prom?

Pero no teman, Panchito gusta de ver a gente atravesada por guadañas, o cortada por cierras mecánicas. tambien goza el voyerismo de salvarse de jeringas punzantes, o que mejor disfrute que ver el dia de las madres, a una mami acabar con todos.

Después llega a su casa a burlarse de las tontas películas de su padre, donde torpemente,  sin “continuidad”, asesinan a Janet Leigh en la bañera, ni que decir del  infantil suspenso de cambiar asesinatos en un tren, o el mas grande bodrio de detener a un asesino con bombillas de luz. Todo eso a muerto para Panchito; ya no existe emoción si no degollan a todo Bodega Bay , con todo y Los Pájaros

Lo que sucede es que ese DVD de Carrie, queda polvoriento en la sección de directores B, y pancho ya teme móstraselo a Panchito. Y asi su pequeña cabecita entra en una nueva generación donde ya esta en venta de los artificios mas baratos.

Carrie es simplemente una pelicula que debe repetir un segundo visionado, ya que contiene el suspenso mas puro y renovado de un gran Hitchcock, con la estética pop de un Brian de palma. Solo ver a John Travolta con una chica en su auto, nos conecta con la imagen que Tarantino homenajea en Pulp fiction.

Ver como todo el cine se conecta es el punto mas fuerte de Carrie. Una pelicula en la cual la critica seria Insulza, por que atacaríamos al cine en general. La casa de Carrie, al llover se transforma en un homenaje a (la casa Usher de Roger corman). La paredes de la casa parecen moverse y recrear el espacio como en el film expresionista( el Gabinete del Dr. Caligari, Robert Wiene), asé carrie, se convierte a si misma en un homenaje al cine de genero.

Un cine con suspense que esta por desaparecer, dando lugar a las salvajadas que manchan nuestra pantalla cada semana.