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Casi treinta es la opera prima de Alejandro Sagich López.
Por alguna razón, tiene a Eiza González Reyna como reclamo para la taquilla (ella aparece en la versión de Netflix de "From dusk till Dawn" e intenta llenar los...zapatotes ... de Salma ) y en realidad el protagonico es de Manuel Balbi a quien le conocíamos de "Las Aparicio" (no he encontrado una serie que sea más fácil en los ojos) donde era un "terapeuta" o scort masculino.
El director es de Ciudad Obregón, Sonora, y es ahí a donde lleva la acción de la cinta, con un prologo en dos partes en la ciudad de México que es terriblemente largo, y donde el personaje de Eiza Gonzales tiene que aparecer porque si.
Manuel Balbi es obligado a usar un acento que podría ser identificado como norteño, y se le nota que es falso, el mismo caso de la bella Eiza, tal vez un actor sonorense no habría logrado que el filme se realizara, y es una pena.
La cinta aborda un tema que es casi universal, sobre todo en los que padecen "Emerging Adulthood" y ahora que es fácil insultar a los "millenials"
¿Qué caso tiene el trabajo cuando no te satisface, no te ayuda a ser la persona que quieres ser?
Por ese detalle, se le adelanta un poco al filme de mediados de la década pasada "Efectos Secundarios" con la que comparte algunos temas.
Puedo ver a la critica especializada haciendo pedazos a esta cinta, que cierto tiene numerosos problemas, pero también se deja ver el espíritu de su creador, y la idea, de verdad es universal.
La línea que nos hace pensar en que pocos son los que lo apuestan todo en pos de un sueño puede resultar hasta incomoda, sobre todo para los que en sus inicios mentían cuando decían que ellos sólo querían dinero.
Es fácil, y muy cómodo entrar a la rutina de trabajar-casa-dormir-trabajar-casa-dormir-morir pero no hay garantías cuando lo que quieres es salirte de ese esquema, y a los vituperados millenials, que crecieron bajo la idea de que las cosas pueden mejorar, no les es fácil inscribirse en esa corriente de pensamiento, ellos quieren trabajar sí, pero también quieren ser felices, que su trabajo tenga un significado, hacer algo que haga felices o que incremente el bienestar de los demás.
Y no es una idea que se les pueda a tribuir a tontejadas de adolescentes, siguen anhelandola en ese momento de definición cuando hay que consolidarse en la carrera por ascender la escalera empresarial.
De verdad las inquietudes de las generaciones privilegiadas que crecieron en paises donde hay o hubo clase media están presentes en todas partes, hay gente que renuncia y se va a vivir de mochilazo para conocer el mundo. A lo mejor la cinta, mala y todo, logra reflejar esa pulsiones reflejadas en un aspirante a escritor que vive las inseguridades de un padre que en algún momento se vio sin nada.
Su servidor ha tenido la fortuna de no ser un "Godínez" mucho tiempo de mi vida laboral, hasta de cambiar de residencia a otras partes del país, por eso siempre soy consciente que el mundo y el país es muy grande, y me encanta que el director no enseñe "su tierra" donde también existe esa batalla por lo que ya se tiene y lo que se quiere, y es que no es raro encontrarse gente enamorada de un pedazo de tierra, y que parece sentir la obligación de morirse en el lugar en que nació.
A lo mejor el producto final deja ver la novatez de su creador, y no tiene el mejor ritmo, ni las mejores actuaciones, y tiene cameos que uno no entiende (Mario Almada) pero se alcanza a percibir que había una historia que contar.
Casi treinta
Eiza González sirve de imán para atraer a ver 'Casi Treinta'
Efectos Secundarios
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