Cazafantasmas o de cómo fue defenestrado Bill Murray por los fantasmas de la nostalgia y la corrección política

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Bill Murray aparece en el remake de Cazafantasmas, y no es Peter Venkman; interpreta a Martin Heiss, una personalidad de televisión —no queda claro si es un científico o un charlatán— que desenmascara la puesta en escena detrás de las apariciones espectrales. Cuando las Cazafantasmas atrapan un ánima en pena, el personaje de Murray va a comprobar su existencia adonde las científicas especulan sobre la actividad de entidades ectoplásmicas, arriba de un restaurante chino. La física Erin Gilbert (Kristen Wiig), que equivale a Venkman en esta adaptación, deja escapar al ente para saciar la curiosidad del hombre, a pesar de la insistencia de sus compañeras de no hacerlo. ¿Es que quién, en su sano juicio, dejaría escapar a un ser de ultratumba clase 4 para pulular malignidad por Nueva York? Ante el acto temerario de la física, Martin Heiss muere defenestrado por el fantasma.

Esta secuencia es corolario de toda la película: las referencias al clásico de los ochenta, más que homenajear, son accesorios molestos de una cinta que nace de la nostalgia, y que, al mismo tiempo, pretende asumirse como una innovadora propuesta de comedia de ciencia ficción, aunque sin mucho éxito.

Tres científicas y una trabajadora del metro con un vasto conocimiento sobre las calles de Nueva York forman un equipo para investigar los sucesos paranormales desatados en la Gran Manzana, que ocultan un malévolo plan para provocar el Apocalipsis. Partimos de una anécdota similar a la planteada en el filme de 1984; incluso sin necesidad de develar la trama, podemos intuir la complexión y el tamaño que toma el villano en la secuencia final.

La diferencia se plasma cuando entran en acción la mencionada Gilbert, Abby Yates (Melissa McCarthy), Jillian Hotzmann (Kate McKinnon) y Patty Tolan (Leslie Jones). Las cazafantasmas no rehúyen ante el enfrentamiento cuerpo-ectoplasma. Sus artefactos, además del famoso rayo de protones, incluyen una especie de puño mecánico y un par de látigos con los cuales los espíritus chocarreros se evaporan: golpean como héroes de acción, son guerreras dignas de la cámara lenta para captar sus habilidades de combate; logran que sus antecesores luzcan como unos profesores de física con una fuerte vibra de comediantes de sábado por la noche. Esto que debería ser una virtud termina por no dejar fluir la gracia que tendría que rebosar la película.

El director Paul Feig se esfuerza por mostrar que la elección del elenco no responde a una coyuntura mundial hacia los temas de género
El director Paul Feig se esfuerza por mostrar que la elección del elenco no responde a una coyuntura mundial hacia los temas de género

El director Paul Feig se esfuerza por mostrar que la elección del elenco no responde a una coyuntura mundial hacia los temas de género. En ese intento, contribuye a que Cazafantasmas sea una historia de indefiniciones. El ejemplo fehaciente lo encontramos en el personaje de Jillian Hotzman. En su primera toma, cuando se presenta a Erin Gilbert, su saludo afectado tiende al flirteo. En la mayor parte del metraje, aunque con esa introducción se sugiere otra cosa, su aspecto andrógino es explicado desde su carácter estrambótico. No es que uno se incomode con la insinuación de las atracciones sexuales de los personajes. Se cuestiona que la corrección política y la clasificación de edades para entrar a las salas de cine provoquen un corto circuito en la creación de las personalidades de las heroínas. Desafortunadamente, el filme se apropia de un discurso ajeno al argumento original, para hacerse de una audiencia específica. No obstante, si se pretendía dar un mensaje de igualdad entre hombres y mujeres, se consigue un burdo estereotipo masculinizado de las científicas.

Las indefiniciones no se detienen ahí. El establecimiento de vínculos emocionales entre el grupo de inadaptadas —un recurso narrativo que puede ser entrañable para el espectador, pero que ante la práctica iterativa en superproducciones está perdiendo efectividad— no embona en un guion repleto de humor escatológico y gags comunes y corrientes. Hay momentos en que los personajes se callan como para establecer un espacio para que el espectador se ría, y lo que surge es un silencio incómodo. Entre la brusca comedia física de las actrices, resulta curioso que Chris Hemsworth, como Kevin, sea una bocanada de frescura en el filme. Si bien hacerse el idiota no es un recurso innovador, la rutina del galán con taras mentales que emboba a la mujer de ciencia provoca risas genuinas.

Resulta curioso que Chris Hemsworth como Kevin sea una bocanada de frescura en el filme
Resulta curioso que Chris Hemsworth, como Kevin, sea una bocanada de frescura en el filme

¿Qué hubiera ocurrido si el guion se hubiera abordado siguiendo la línea argumental de las dos entregas de Ivan Reitman? En el primer tráiler, se decía que la ciudad de Nueva York ya había sido rescatada por un grupo de científicos (refiriéndose a los cazafantasmas de Murray, Aykroyd, Ramis y Hudson). La idea de que Peter Venkman y compañía fueran los mentores de las nuevas investigadoras de lo paranormal quizá hubiera funcionado mejor que esas referencias y los cameos forzados que parecían más una cuota por usar el argumento del clásico ochentero que una señal de afecto. Al final, Harold Ramis, en el mejor de los casos, está en el cielo. Ernie Hudson acabó como dueño de una funeraria y es tío de Patty Tolan, Dan Aykroyd sólo funge como un productor ejecutivo, y Bill “Maldito” Murray, quien ha sobrevivido a apocalipsis zombis, fue defenestrado por un fantasma.

La idea de que Peter Venkman y compañía fueran los mentores de las nuevas investigadoras de lo paranormal quizá hubiera funcionado mejor...
La idea de que Peter Venkman y compañía fueran los mentores de las nuevas investigadoras de lo paranormal quizá hubiera funcionado mejor...

Cazafantasmas

  • Elenco: Melissa McCarthy, Kristen Wiig, Kate McKinnon, Leslie Jones, Andy García
  • Dirección: Paul Feig
  • Guion: Katie Dippold, Paul Feig
  • Producción: Dan Aykroyd, Ali Bell, Paul Feig
  • Fotografía: Robert D. Yeoman
  • Música: Theodore Shapiro

Calificacion 5