Manuel Cruz
El 9 de Junio de 2013, Edward Snowden dio a conocer el ambicioso esquema del gobierno estadounidense para espiar a sus propios ciudadanos. Por este acto, algunos lo consideran un héroe, otros un traidor, y es un fugitivo de su país.
El 22 de Febrero de 2015, Laura Poitras ganó el Óscar a mejor documental por Citizenfour, que narra los días de Snowden previos a su revelación pública, y las consecuencias de sus actos. Fue una producción realizada con diferentes computadoras y tecnología de encripción, para evitar que el gobierno obtuviera el material. En la cinta, Poitras alega que fue espiada por varias personas, razón por la cual tuvo que viajar entre diferentes países hasta terminar la producción, sin nunca volver a su tierra natal, a la vez el lugar de mayor peligro: Estados Unidos. La cinta fue co-producida por Steven Soderbergh (director de Ocean’s 11, Erin Brockovich y Traffic, entre otras), se presentó en el Festival de Cine de Nueva York y el Festival de Cine de Londres, y, sobre todo, existe: una cinta que cuestiona, con pruebas en la mano, los principios detrás de la supuesta nación más libre y feliz del planeta.
El 4 de abril de 2014, Errol Morris estrenó Certezas Desconocidas, una cinta con principios similares, aunque su narrativa se enfoque en el pasado. Morris habla con Donald Rumsfeld, ante todo un hombre que – como él mismo recuerda – escribía muchos informes: A veces para entender el estado de una situación que le involucraba, aclarar errores, plantear objetivos, y buscar definiciones: Una forma para racionalizar lo que hacía. Especialmente si el acto en cuestión era coordinar la invasión a Iraq y sus múltiples consecuencias, quizás el acto más complejo en su estancia como Secretario de Defensa durante el gobierno de George W Bush. Para Rumsfeld, Iraq (y su propia vida) parece ser una colección de hechos tan ordenada como los informes que escribió durante su longeva carrera política, algunos de los cuales lee ante Morris: intentó unirse al ejército durante la guerra de Vietnam, lleva décadas casado con la misma mujer, salió del gobierno de Nixon justo antes de Watergate, y regresó a la vida política en la administración de Bush por invitación de su viejo amigo Dick Cheney.
Morris tiene muchas preguntas para la historia de Rumsfeld, algunas probablemente cercanas a su audiencia. ¿Por qué la guerra en Irak, si bin Laden fue responsable directo del 9-11 y Al Qaeda estaba en Afganistán? ¿Dónde estaban las pruebas de armas nucleares en Irak? ¿Había humanidad en el trato a los prisioneros de guerra? Rumsfeld contra-ataca con afirmaciones ambiguas, llegando a repetir que “hay cosas que se saben, cosas que no se saben, cosas que se creen saber, y cosas que se cree saber que no se saben” La Invasión de Irak no tuvo que basarse necesariamente en evidencia porque Rumsfeld y sus secuaces sabían (por alguna de las combinaciones mencionadas) que era real.
Rumsfeld – y sus detractores – no están solos en este tema: La aparente lucha por derrocar a Saddam Hussein ha traído miles de muertos para ambos lados del conflicto, y por cada afirmación patriótica también hay sentimientos de duda y engaño, elementos para una eterna discusión. Pero Morris no está interesado en discutir, sino observar. Al igual que Citizenfour, Certezas Desconocidas presenta un panorama. De un lado, la vida de Rumsfeld, fundamentalmente descrita a través de sus reportes. Una vida de afirmaciones ambiguas, y la resistencia a cuestionar lo que – para él – es la verdad. Del otro lado, las consecuencias factuales de su tesis: Rumsfeld afirma que el objetivo de la guerra era liberar al pueblo iraquí de Hussein, y sin embargo, la cifra de muerte civil sobresale por encima de cualquier otra, durante la duración del conflicto, que no parece llegar a su fin. Rumsfeld afirma que sus informes de tortura eran escasos, correspondían a otra rama del gobierno, y nunca hubo actos de crueldad humana durante la guerra. Las imágenes de Guantánamo llegan a contradecirlo. Ve a las grabaciones de Nixon como una casualidad histórica, y se enfrenta a los reporteros durante la era de Iraq, ansiosos por fragmentos de racionalidad en un conflicto sangriento, con acertijos y bromas, cuando en el fondo, él también busca claridad, exigiendo definiciones a través de miles de informes, para descubrir el motivo detrás de sus acciones. Al final, el hombre convencido por defender a su país parece convertirse en víctima de su propio objetivo: un anciano paranoico, inseguro de toda la sangre ajena que cubre sus manos.
Con Certezas Desconocidas, Morris utiliza al documental en quizás su expresión más cruda: La observación de una gran narrativa audiovisual, a través de miles de fragmentos. ¿Y por qué así? La respuesta puede ser tan ambigua como las palabras de Rumsfeld, pero existe una conclusión posible: La guerra nace de un conflicto de perspectivas, pero es también una serie de hechos: Cifras, imágenes, y confesiones. Certezas Desconocidas es la confesión de Iraq, por quizás su responsable más práctico, el narrador de una historia sin principio ni final. La ausencia de argumentos conclusivos lo transforma en un documental profundamente incómodo, pero necesario para su audiencia. Así como Citizenfour lo intentó con el caso Snowden, es hora de conocer la verdad sobre Iraq: la certeza, la duda, el posible arrepentimiento de una fe sangrienta. Un posible material de juicio para futuras generaciones. Pero antes del juicio, la existencia de documentales como Certezas Desconocidas presenta una fascinante ironía en la democracia estadounidense: mediante el arte y el periodismo, la verdad – incluso aquella que el propio país oculta – siempre será vista.
CERTEZAS DESCONOCIDAS ESTÁ ACTUALMENTE DISPONIBLE EN FILMINLATINO