La historieta Teenage Mutant Ninja Turtles surgió en 1984 como un cómic underground que, de ser una parodia, adquirió un estatus de culto, el cual se transformó en popularidad cuando los autores, Kevin Eastman y Peter Laird, licenciaron sus personajes a Playmates para producir figuras de acción.
Como es usual, las compañías jugueteras venden sus productos haciendo series animadas, que son más bien comerciales de treinta minutos. Así, Playmates infantilizó a las tortugas, cambiando el “¡Maldición!” por el “¡Cowabunga!” y haciendo de ellos personajes de comedia obsesionados por la pizza.
Si bien la película de 1990, dirigida por Steve Barron, toma muchos elementos del cómic (como la violencia y la muerte de Shredder), también queda contaminada con los elementos infantiles, pero sigue siendo un producto superior a los dos filmes producidos por Michael Bay.
Aunque se han hecho intentos por acercarse al cómic original, tanto en la TV como en la pantalla grande, los resultados no han sido satisfactorios, pues se quedan a medio camino por temor al fracaso. ¿Pero podría funcionar un largometraje de las Tortugas Ninja apegado a su fuente original? He aquí algunas razones para creer que sí:
Conocí a las Tortugas Ninja por la serie animada de 1987, pero no le veía sentido a que tuvieran armas si en realidad no las usaban. Cuando conseguí la primera novela gráfica de TMNT (la historia del primer número, pero a colores), me fascinó la estética oscura, los ojos blancos de los héroes, que siempre apretaban los dientes con furia.
Quienes crecimos en los ochentas, recordamos con cariño muchas series animadas, sin saber que, como ya dijimos, eran en realidad comerciales para las figuras de acción. Al revisitarlas, difícilmente las podemos apreciar igual, pues son productos de su época. A diferencia de las series setenteras de Hanna-Barbera y los cortos animados de los grandes estudios, ni G.I. Joe ni Transformers ni TMNT soportaron el paso del tiempo, pero han vuelto en medio del boom de lo retro, y a quienes están dirigidas esas franquicias es a los que fueron niños de los ochentas y que ahora son adultos que llevan a sus hijos al cine.
Pero resucitar a Rocksteady y Bebop no es la respuesta, porque un adulto actual vuelve a ver a ambos y ya no los percibe como villanos, sino como bufones
El contexto original de TMNT es oscuro, así como es el contexto del Daredevil de la época en que fue realizado por Frank Miller.
Por alguna razón, tanto en los cómics como en la series de TV y en las películas se ha buscado cambiar el origen de la mutación de las Tortugas Ninja, sin tomar en cuenta que la versión de Eastman y Laird es doblemente convincente: Una, por lo factible dentro de la ficción; dos, porque es un homenaje a Daredevil.
La admiración de Eastman y Laird hacia Frank Miller los hizo tomar el origen de Daredevil (de Stan Lee y Bill Everett), donde un joven Matt Murdock salva a un anciano de ser atropellado, pero una lata de desechos químicos golpea su rostro, dejándolo ciego y provocando una mutación en el resto de los sentidos.
Además, Splinter (astilla) es llamado así por el maestro de Daredevil, Stick (palo), lo mismo que el Clan Foot (pie), basado en el clan de ninjas The Hand (la mano) que combate a Daredevil.
Los elementos de esa etapa de Daredevil fueron tomados como base para la serie televisiva que Marvel coproduce con Netflix, y que ha sido razón para que muchos fans contraten el servicio.
El arte y la cultura popular son reflejo del momento social en que surgen. En el caso de TMNT, su génesis fue durante una época difícil para las sociedades occidentales, no sólo por encontrarse la guerra fría en un punto climático, sino por los gobiernos derechistas que mandaban en Estados Unidos e Inglaterra. Paradójicamente, el descontento social provocado por los gobiernos de Ronald Reagan y Margaret Thatcher, fue transmutado en creatividad por los autores de cómics.
En la actualidad, con la tensión política que significa el Brexit y la potencial llegada de un gobierno de extrema derecha a Gran Bretaña, además del fin de la era de Barack Obama —pues Hillary Clinton no tendrá ni de cerca la misma aceptación que éste—podrían propiciar el ambiente lóbrego que necesite un cine oscuro como catarsis.
Como ya dijimos, el cómic de las Tortugas Ninja es tan oscuro como la época en la que surgió. Aunque no llega al nivel de violencia de The Crow, de James O’Barr, sí hay muertos y mucha sangre.
Peor aún, Splinter no les dice eso a las Tortugas sino hasta que están listos para ejecutar el plan. Splinter los ha mantenido aislados, entrenando día y noche durante quince años, y sólo cuando ve que están listos para enfrentar a Shredder, les cuenta la historia de su origen y la única razón por la que están vivos.
TMNT debería ser una película de acción, sí, pero también de terror psicológico y con algo de slasher, pues la brutalidad con la que las Tortugas fueron criadas y educadas, sólo puede traducirse en brutalidad para matar a sus enemigos.
Si bien gran parte del éxito de la primera película de TMNT fue debido a que fue realizada en el punto más alto de la burbuja de popularidad de la franquicia, Eastman y Laird lograron que se mantuvieran muchos elementos del cómic original al no dar tantas concesiones como a Playmates. Los autores, años antes, habían rechazado una oferta del famoso productor de cintas de bajo presupuesto, Roger Corman, para realizar una adaptación en tono de comedia que habría sido protagonizada por los comediantes Billy Crystal, Gallagher, Sam Kinison y Bobcat Goldthwait.
La película de 1990 fue producida con 13.5 millones de dólares, recaudando 135 millones en los Estados Unidos. La de 2014 tuvo un presupuesto de 125 millones, obteniendo 191 millones de recaudación. Y con los números ajustados a la inflación, TMNT 1990 lograría 274 millones, mientras que TMNT 2014 se quedaría en 202 millones (no incluimos los números globales porque el mercado actual es mucho más grande que el de 1990, tiempo en que las películas llegaban a otros países con meses de atraso).
Después de los dos pobres filmes que produjo Michael Bay, nada sería tan refrescante como una versión oscura y adulta de las Tortugas Ninja.
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