Se clausura Nocturna 2014 con una brillante The Raid 2

| |

Se acabó. A pesar de que aun quedan dos películas para los iron man del fantástico, hoy se clausuraba la segunda edición de Nocturna 2014.

Y se cierra con un buen sabor de boca, mérito de una organización que optimizando al máximo los recursos, ha logrado sin embargo (y ya lo hemos mencionado estos días) balancear de manera más que correcta la presencia de películas que venían funcionando bien, con apuestas arriesgadas. El palmarés tiene dos grandes triunfadores, Wolf Creek 2, de Greg McLean, que acaparó los premios de mejor interpretación masculina, mejor dirección y mejor guión, y la Cueva, de Alfredo Montero que llevó el premio Paul Naschy a la mejor película, así una mención especial del jurado a la actriz Eva García Vacas.

Cabe destacar también los premios Dark Visions, que fueron a parar a la magnífica Cruel & Unusual, de Merlin Dervisevic, así como el premio Madness a Pinup dolls on Ice de Geoff Klein y Melissa Mira.

Buenos premios, con los que este medio coincide, a pesar de echar de menos alguna mención Beneath de Ben Ketai.

 

Pero para el final, y como una de las grandes esperadas de este festival y con el fin de poner un broche magistral, se llevó a cabo el pase de The Raid 2, de Gareth Evans, secuela de la primera The Raid que viera la luz tres años antes. Es difícil hablar de esta película, pues difícil es mantener la objetividad necesaria para analizar una pelicula que, probablemente, pueda entrar en el top 5 de las mejores películas de acción de todos los tiempos. No es una exageración. Si The Raid nos sorprendió por sus desmedidas y violentas escenas, The Raid 2 introduce una compleja trama cinematográfica de mafias orientales y corrupción que sirve de vehículo a las espontáneas escenas, perfectamente coreografiadas de artes marciales. El sentido del ritmo que el director imprime a la película, se plasma de forma creciente, como si de una marea se tratara, dando la alternativa desde una primera parte donde la historia tiene un peso preponderante hasta una orgiástica y violenta sucesión de golpes con la que encara su tramo final. Todos los detalles en The Raid 2 están perfectamente cuidados; no sólo la puesta en escena (se pueden llegar a contar hasta cinco cámaras distintas en las escenas de lucha más complejas), si no todos los aspectos técnicos de la película, tales como la iluminación y sobre todo el sonido, ese sonido que en una sala nos sitúa en pleno éxtasis de adrenalina. Todo esos ingredientes dan lugar a dos horas y media de metraje que se pasan literalmente volando y que imprimen en el espectador una sensación de vértigo que sólo puede calificarse como Arte con mayúsculas, muy a pesar de aquellos puristas que no alcancen a entender que la violencia puede ser el leitmotif de una obra maestra como esta. Un broche de oro a una edición magnífica de la segunda edición.

THE RAID2

No nos apenamos, sólo quedan 355 días para la siguiente edición.