Tras de años de control gubernamental, los directores chinos han encontrado formas muy originales de establecer una crítica al modo de vida y el gobierno de su país, y el símil ha sido uno de los más recurrentes. Es muy común el tomar aspectos menores de diversos grupos sociales y representarlos en una forma crítica y descarnada, pero estableciendo paralelismos a nivel macro, de forma que aquellos que comparten esa misma cotidianeidad lo pueden identificar de inmediato. Ese es el caso de The Coffin in the Mountain, la más reciente cinta del director Xin Yukun, quien se vale de las vicisitudes de un pueblo rural para mostrar las restricciones que vive un país como China, atrapado entre tradiciones milenarias y un Gobierno extraordinariamente represivo.
El descubrimiento de un cadáver calcinado en una montaña genera caos en un pueblo pequeño y tranquilo, pues además de toda la complejidad de los entierros tradicionales - la víctima no tiene familia que responda en ese sentido - las circunstancias de la muerte crean desconcierto entre los habitantes. Alrededor del hecho, se comienzan a conformar algunas historias paralelas entre los habitantes del mismo. En este microcosmos, vemos representados muchos aspectos de esta sociedad, volviéndose una historia fuertemente crítica, pero lo suficientemente discreta para pasar la censura.