No importa cuántas veces publiquén su estúpida petición de ‘Despidan a Ben Affleck del papel de Batman’, voy a borrarlos y bloquearlos. Respiren profundamente y piensen por un segundo: Sí, el tipo hizo algunas malas películas. Todo actor lo ha hecho. Todo actor lo hace. Todo actor lo hará. Es una enorrme carrera en curva y NADIE tiene control sobre hacia dónde va.
Película a película, año a año, vas colaborando, intentando y arriesgando, y a veces sí, fallas. Además, todo el mundo parece olvidar que tenía el mundo en sus manos cuando era JOVEN. Y, a juzgar por cómo hacen en su misma situación otros jóvenes que de repente se hacen famosos, le ha salido muy bien. Incluso cuando fue mal, pareció mantener su filosofía de auto-desprecio y vista a largo plazo sobre el carrusel ardiente en el que se encontraba. ¿Y después que pasó? Quiero decir, cayó de las ALTURAS. ¿Sabes lo que le pasa al 95% de las personas que sufren ese paso atrás? Se desmoronan, luchan contra todos sus puntos de cordura y abandonan. Pero entonces está ese 5% que aceptan esa demoledora derrota y lo ven como el regalo que es. Y este es el regalo: cuando caes, y fallas completamente, te despiertas la mañana siguiente y ves que el mundo no se ha acabado. Y entonces el miedo al fracaso se ha ido. Y eres libre. Eres libre de proceder según tus propios términos y ritmo, si tienes un ego que te permita hacerlo.
Ben hizo caso omiso, se dio cuenta que había mantenido sus ojos abiertos en las películas que había hecho, y empezó a dirigir. Y se convirtió en un maldito buen director. Un Batman interpretado por alguien que ha probado la humillación y un regreso de todos los valores personales, algo así como la versión del guerrero Zen del Batman de Gran Morrison post-Arkham Asylum, que era, en palabras de Superman, ‘…el hombre más peligroso del planeta’. Piensen por un segundo y admitan que Ben Affleck está más cerca a esa iteración del Caballero Oscuro que cualquier otro en Hollywood en este momento. Escribiría más, pero tengo que trabajar en mi publicación sobre cómo un cómico de 44 años con sobrepeso, con pies planos e insomnio sería una valiente elección para el Joker.
¿Que tal?