Con el diablo adentro. Por ésta vez: háganle caso al Vaticano.

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The devil inside. USA (2012)
The devil inside. USA (2012)

The devil inside. USA (2012)

  • Dir: William Bret Bell
  • Reparto:  Fernanda Andrade, Simon Quaterman, Evan Helmut.

Calificación 2/5

Las cintas sobre exorcismos, constituyen un nicho especial dentro del género de terror, ya que después de su exponente más importante ”El Exorcista” (W.Friedkin, 1976), el demonio en pantalla perdió su componente estrictamente sobrenatural, para alimentar fantasías en donde la idea del mal deja de ser filosófica para convertirse en una experiencia  dentro de la vida cotidiana.

De entonces ahora, las escenas de exorcismos en pantalla han pasado por distintos experimentos tratando de hacerlas cada vez más realistas y por lo tanto creíbles. Ni qué decir que la mayoría se ha quedado en el intento, ya que el tiempo revelaría que más allá de las contorsiones y los vómitos verdes –convertidos hoy en auténticos clichés del género- la idea de que el mal pueda entrar por la puerta y sentarse en la sala de tu casa, es lo que resulta verdaderamente aterrador, y el no comprender eso, es lo que hace de “El Exorcista” una película que hasta ahora dista mucho de poder ser superada.

Dos últimos experimentos hacen pensar que la nueva apuesta es al realismo, aunque hay que decir que ninguno de los dos sale muy bien librada en este aspecto.  Es así que “El ultimo exorcismo”(D. Stamm, 2010) y la cinta que nos ocupa, apuestan a contar la historia en primera persona grabando con  cámara en mano, pensando que el pretendido realismo  soporta las enormes carencias en la argumentación, deficiencia que lamentablemente ambas cintas comparten.

El caso es que “Con el Diablo adentro” promete mucho y cumple poco. Plantea una historia que parece interesante, en donde una chica cuya madre asesinó a tres personas mientras le practicaban un exorcismo, está interesada en conocer la verdad. Para ello se traslada a Italia dando está internada su madre después de veinte años, y trata de vincularse con la escuela de exorcistas del Vaticano para entender mejor qué es el exorcismo y cuál es la verdadera situación de su madre.

Este planteamiento es quizás lo que está en la sinopsis de las distribuidoras y lo que convence a la gente de pagar una entrada para verla. Sin embargo, pronto aparecen inconsistencias graves en la trama que empiezan a hacer que dudes seriamente de que eso de que “El vaticano no quiere que la veas” sea cierto… o  tal vez no. Quizás el Vaticano quiso advertirnos que es bastante mala y no quisimos – como en la mayoría de las ocasiones-  hacerle caso.

Sin pena ni gloria,  el director no resuelve los conflictos centrales de la cinta, se basa en creencias populares, mentiras sobre el rito dentro de la Iglesia Católica – especialmente eso de que está prohibido filmarlos-  y lo peor: deja la premisa abierta debido a una mala técnica narrativa, apelando a la gastada situación de esperar que el espectador saque sus propias conclusiones.  Y la verdad es que la gente se sale del cine con una sola convicción: la película no cumple, y  en realidad, bastaba con ver el tráiler de promoción para haber visto lo mejor que la película ofrece.

El asunto del bien contra el mal es mucho más complejo que una búsqueda con cámara encendida. Explotar ese lado hubiera sido mucho más interesante, que pretender que una escena con chica contorsionándose era suficiente para sostener toda la película.

Lo mejor:

  • Mmmm ¡el tráiler! Una exitosa herramienta de mercadotecnia que la coloca como la más taquillera en su fin de semana de estreno.

Lo peor:

  • En general hay muchas fallas en cuanto al guión, las actuaciones, hasta el casting es malo, yo nunca pude creer que estuviéramos tratando con sacerdotes de verdad.
  • El final… no se los voy a contar, pero se escucharon algunos abucheos en la sala.