Critica: La jaula de oro, es duro ver lo que encierra

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El cine mexicano se vuelve en pequeños pasos mucho más consistente, las buenas historias vienen del corazón y para contar algo que comunique lo que otros no quieren comunicar, ver algo que las miradas no quieren observar, hablar de temas que todos quieren callar. Este es el caso de Diego Quemada Díez, con su Jaula de oro logro conmover a Cannes, proyectó lo duro de la vida en las fronteras, los sueños que se quedan encima de las vías de un tren que tiene como destino cruzar todo México y llegar al norte de América. Un tema del cual siempre será duro hablar, ya sea por el nudo en la garganta, o porque somos tan indiferentes que no queremos estar al tanto del entorno del cual estamos rodeados.

Creo firmemente que el país de ensueño no existe, los habitantes del país de ensueño siempre anhelarán otro país en sus sueños y así podríamos continuar por siempre, el hecho de encontrar una vida mejor radica en la fortaleza interna para hacerlo en tu propia tierra, de vencer los obstáculos domésticos y realizarlo, si tan sólo nos diéramos cuenta que la energía que invertimos en cruzar una frontera la invirtiéramos en hacer algo en nuestra casa todos los países serían de primer mundo con una excelente calidad de vida.

Quemada Díez, realiza esta producción México- española que ha ganado varios premios alrededor del mundo, comunicando su idea, su grito por los que no lo pueden hacer, por los que se quedan en ese tren junto con sus sueños, sus ganas y que muy pocos llegan a lograrlo. Sigue los pasos de los tenis, botas o pies descalzos que buscan una esperanza de vivir mejor, de encontrar algo maravilloso donde en la mayoría de las ocasiones no lo hay, y no porque no lo exista, sino que el nivel de sacrificio opaca cualquier cosa, el costo es lo demasiado alto como para encontrar la belleza en ello. Mi respeto para los valientes que en este momento están en ese tren, buscando, teniendo el coraje para realizar lo que muchos no logran en toda una vida, tener el coraje para buscará una nube de humo que se esfuma, que muchos al seguirla se pierden en el camino, mi admiración para los que se atrevieron a mirar hacia esa dimensión y acompañarlos por un tiempo para exponer su mirada junto con el dolor de los sueños muertos. Pero mi mayor reconocimiento para los que después de esto podamos hacer algo para que La jaula de oro sólo se quede en ser una película de ciencia ficción que un futuro nuestros hijos vean y podamos decir que ya no existe.