Crítica: The Messengers

Si hace unas horas califiqué la película de terror Sinister como un soplo de aire fresco, en esta ocasión no puedo hacer lo mismo con la película del mismo género The Messengers. Una película mitad influencia oriental mitad influencia americana que no hace más que repetir lo mismo que la mayoría de películas de terror de medio/bajo nivel.

Antes de nada, el argumento y los protagonistas. La familia Solomon abandona Chicago y se establece en una remota granja de girasoles en Dakota del Norte. La armonía se ve interrumpida cuando Jess, la hija mayor, y su hermano Ben, de 3 años, empiezan a ver siniestras apariciones, invisibles para los demás. Cuando Jess intenta advertir a sus padres de la terrible amenaza que se cierne sobre ellos, no le harán ningún caso. Pero los espectros se vuelven cada vez más violentos. El filme está dirigido por Oxide Pang Chun y Danny Pang y protagonizada por Kristen Stewart, Dylan McDermott y Penelope Ann Miller.

¿Por qué repetitivo? Hay innumerables filmes de una familia que se traslada a una casa nueva que resulta que tiene fantasmas. Pero eso no sería tan malo si la historia tuviera algo de originalidad, si los sustos estuvieran bien preparados, si la música asustara en lugar de molestar, si no se abusara tanto de los fantasmas o si algunas de las imágenes espectrales no estuvieran realizadas con algún programa digital más que cuestionable.

En cuanto a los protagonistas, tengo que decir que el matrimonio no pega ni con cola y no aporta nada a la película. Pero los hijos, realizan un trabajo digno, sobretodo el niño, quien resulta bastante creíble.

La idea es bastante buena, pero está muy mal desarrollada.