Crítica: Perras - El cine no es teatro

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PERRAS

El nacimiento del cine, si se le podría llamar asi, o mejor dicho sucesión de fotos teatralizadas, sin cambios en escala de planos y angulaciones, nace con los hermanos lumière, un cine donde lo que se representaba ante la camara era simplemente teatro filmado.

Desde la primera cinta, que investiga en la escala de los planos y la puesta en escena( the great train robbery, Edwin s porter) 1901, el cine busca su independencia contra su amigo y a veces archirrival el “teatro”, el cine, al ser un arte, dicho por riccoto canudo, en su manifiesto de las 7 artes, propone que este es “un arte plástico en movimiento”y por medio del montaje posee una independencia ante el teatro, la literatura o pintura.

En fin, desde Eisenstein a Griffith, de Godard a Truffaut, pasando por varios directores, el cine encuentra su independencia, investigando a traves de los años en su lenguaje.

Aquí esta el problema de la cinta mexicana (perras, Guillermo ríos) la cual nos guía de la manera mas atroz, a un libreto de teatro, donde los personajes no paran de hablar y de exponerse a un ritmo tan libre, que lo hace inaguantable para el cine, ya que en la sala de teatro estamos tan separados del actor, que visualmente recibimos un 30 % y auditivamente el 70% a diferencia que el cine es 70% visual y 30% auditivo.

Cuando hablo de un libreto de teatro, no es una exageración, en la cinta llegamos a ver un monologo de Galilea Montijo de casi cinco minutos en el cual se expone con una larga prosa shakesperiana. Personajes que no paran de hablar y exponerse durante todo el metraje de la pelicula,tambien vemos intentos fallidos de cine expresionista. una juventud muy alejada de la realidad ( lo digo por que tengo la edad de esas “chavitas” y en mi vida he visto tanta promiscuidad) y un intento de película moralista sobre el aborto.

Todos estos ingredientes hacen de “perras”, una cinta casi experimental que serviría para decirle al mundo ( mira esto es lo que pasa cuando se filma teatro ) exposición, abismos narrativos, bocas que hablan y hablan, y la perdida mas hermosa y sutil del cine que son las miradas, miradas que con la acción actor-director explican mas que mil palabras.

En fin el teatro y el cine, son tan diferentes q intentar hacer una mezcolanza, resulta en una barbarie visual y auditiva, ya que el guión cinematográfico desea ahorrar palabras para que puedan ser explicadas visualmente, y en dramaturgia el dialogo, expone al personaje,por medio de monólogos y conversaciones que logran una fuerte mirada a la psicología de este, que es tan característica del teatro. pero siempre con una pared de espacio hacia sus facciones, miradas y atmósferas que el cine nos regala.