Dos titanes del cine americano reunidos en una sola película, Harrison Ford y Gary Oldman se reúnen de nuevo después de ya hace muchos años en Avión presidencial, una mancuerna que vale la pena ver.
Robert Luketic conocido más por películas como Legalmente rubia y La cruda de verdad reunió a dos leyendas del cine en un thriller que se ve sostenido solamente por verlos actuar. La historia es sobre Adam Cassidy (Liam Hemsworth) un Ingeniero en programación tecnológica que se encuentra en competencia en un proyecto piloto para lanzar un nuevo celular al mercado en las empresas Wyatt creada y presidida por Nicolas Wyatt(Gary Oldman), pero Adam está lejos de imaginar que será utilizado como doble espía dentro de la empresa competencia de Jock Goddard que fue mentor de Wyatt. Esta rivalidad ha llevado a que estas dos compañías crezcan y evolucionen, pero Adam junara tanta información de ambas que las puede llevar a la ruina para su propio beneficio.
El guión cae en bastantes lugares y cliches de este tipo de películas, esto no hace que la película sea tan mala como puede parecer, la historia tiene giros que te puedes esperar, sin embargo Oldman y Ford levantan la historia con su participación, haciendo que el bien parecido Liam parezca un novato total en la actuación, denotando que sólo fue requerido al proyecto por su apariencia física al igual que la actriz Amber Heard (Drive angry).
Un suspense que puede intentar tener un estilo hitchkoniano pero que realmente se queda en el intento por su plot de misterio que envuelve a los dos magnates de la tecnología y los giros de tuerca que ponen en peligro la vida del personaje que interpreta Hemsworth. Dentro del filme se encuentran dos escenas rescatables donde se enfrentan estos dos actores-que realmente me merecen mi admiración- por levantar un proyecto que sin ellos hubiera sido un proyecto videohome de un cineasta amateur. No le quito su merito a Liam que brinda el aspecto visual y atractivo.
Sin embargo el filme te mantiene entretenido y hace la labor de angustiarte un poco por el personaje principal, aunque hay una sosa historia de amor dentro pasa totalmente desapercibida pero sirve perfecto para los objetivos de espionaje dentro de la historia. Fuera de los dos grandes actores que enmarcan la pantalla Traición al límite no ofrece nada más y no tiene mayor trascendencia, pero es una opción muy ligth y comercial que sirve como mero entretenimiento de fin de semana. Aunque presenta una premisa muy interesante en su estrategia de mercadotecnia no logra mostrar más de lo que promete, sólo te una un leve brochazo de como la tecnología ha destruido la privacidad de los seres humanos, con las redes sociales y los smartphones.
Un filme regular que entretiene sin mayor pretensión.