Crítica: True Detective

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La serie True Detective, emitida por el canal estadounidense HBO y protagonizada por Matthew McConaughey y Woody Harrelson, ha echado el cierre a la primera temporada. Y tengo que decir que aunque todavía queda 2014, puede ser la mejor serie de este año.

Para los que no la hayan visto todavía (¡¡que corran para verla ya!!), la serie está protagonizada, al menos en su primera temporada, por los agentes Rust Cohle y Marty Hart y narra el lapso de 17 años en el que dos detectives de Lousiana tratan de dar caza a un asesino en serie. Ambos deben volver a investigar el retorcido caso de una serie de asesinatos en el que habían trabajado años atrás. Ambos narran desde nuestros días sus investigaciones paralelas, sucesos que reabren heridas aún no cicatrizadas y les sumergen de nuevo en los bizarros rituales que envolvían los asesinatos. Cuando son obligados a volver a un mundo que creían haber dejado en el pasado, el avance en la investigación y el mayor conocimiento mutuo les enseñan que la oscuridad reside a ambos lados de la ley.

Esta serie sobre el papel quizás no es ninguna maravilla, pero en la pantalla, es un soplo de aire fresco, una novedad, una maravilla. Es hipnótica de principio a fin, y requiere que el espectador ponga todos sus sentidos alerta, pero estoy seguro de que ninguno de ellos se ha arrepentido de hacerlo.

Todo en True Detective es es cutre, mediocre, defectuoso, viscoso y feo. Pero la serie jamás es ninguna de estas cosas.

Las interpretaciones de los dos protagonistas son fuera de serie y espero que en la nueva temporada que tendrá otros protagonistas no los echemos de menos.

Matthew McConaughey está totalmente en racha, después de haber ganado importantes premios (incluido el Oscar) por su papel en Dallas Buyers Club, ahora nos trae esta serie en la que nos sorprende en cada episodio. Cabe destacar que el actor llegó a realizar un escrito de 450 páginas describiendo su personaje. Aunque a su lado no brilla tanto, destacar también el genial trabajo que realiza Woody Harrelson.

Se podría decir que True Detective es una película de ocho horas. Todos los episodios de la primera temporada están dirigidos por la misma persona, Cary Fukunaga, algo poco habitual en las series estadounidenses, y tienen el guion (también en solitario) de Nic Pizzolatto, showrunner de la serie. Por otra parte, cuenta una historia autoconclusiva. Tampoco es convencional la narración con tantos saltos en el tiempo en tan pocos episodios. Además, los capítulos estaban repletos de pistas que señalaban a diferentes aspectos de la propia historia, metarreferencias que han ayudado a crear la mitología de la serie.

El final del cuarto capítulo tenemos el genial plano secuencia. Quienes lo han visto ya saben a qué nos referimos. Seis minutos en los que la cámara graba sin parar siguiendo a los protagonistas en una secuencia que te obliga a no pestañear hasta el final. Para disfrutarlo una y otra vez. Puro arte. Pura televisión.

Aquí os dejo algunas frases del personaje de Rust Cohle:

"El mundo necesita hombres malos. Mantenemos a los otros hombres malos a raya".

"Claro que soy peligroso, soy policía. Podría hacer cosas terribles a la gente con total impunidad".

"Creo que la conciencia humana es un trágico paso en falso en la evolución".

"En la eternidad, donde no existe el tiempo, nada puede crecer, nada puede llegar a ser, nada cambia. Por eso la muerte creó el tiempo, para cultivar las cosas que matará".

"Yo no duermo, solo sueño".

Hace poco que ha acabado y ya la echamos de menos, esperaremos a la segunda temporada que tendrá una trama diferente y protagonistas diferentes.