Cuando una película no es para niños

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¿Sabe escoger una película para niños?
¿Sabe escoger una película para niños?

Es usual que tengamos ya muy fija la idea de que si una película no tiene sexo, malas palabras o violencia exagerada, es ya apta para niños, lo cual es una visión demasiado limitada. De hecho, si bien los pequeños de ahora son mucho más inteligentes, y capaces de captar muchos conceptos que sus padres apenas entienden, debemos de entender que por más desarrollada que sea su inteligencia, aún requiere madurar, así como la experiencia para manejar ciertos conceptos. Por ello, existen otros criterios que muchas veces olvidamos, y que debemos de tener en consideración.
Películas con demasiados personajes: Los niños se mueven en grupos muy limitados y bien definidos, como su familia, su colegio y quizá alguna otra actividad extra, por lo que manejar una gran cantidad de personas en la mente les puede resultar confuso. Cualquier cinta en donde se requiera seguir los movimientos de más de cinco personas que no estén actuando juntos y al mismo tiempo, puede resultar complicado para ellos.
Temas demasiado complejos: Los adultos llegamos a lidiar en nuestra vida con conceptos como dudas internas, necesidad de pertenencia, búsqueda de objetivos o autorealización. Muchos de los niños nunca han vivido estas experiencias, o las enfrentan en términos más simples. Cuando un niño ve una película de este tipo es posible que entienda lo que pasa, pero no se sentirá identificado, lo que es básico para el goce cinematográfico.
Cintas demasiado largas:Los niños suelen tener rangos de atención muy cortos, y la actual tecnología no ha hecho más que agudizar la tendencia. No importa que tan emocionante o vistosa sea, una película que dure más de dos horas terminará aburriendo a los pequeños.
Emociones demasiado extremas: Los adultos nos vamos acostumbrando a reaccionar frente a ciertas emociones muy sorpresivas como la tristeza, el miedo, la angustia o el temor, y aunque ya tenemos cierta experiencia, seguimos teniendo problemas para manejarlas. Los niños, menos preparados, pueden no poder asimilarlas de momento, por lo que la cinta deja de ser algo disfrutable, para convertirse en una tortura.
Los ejemplos son muchos y muy palpables. El Señor de los Anillos, por ejemplo, podrá cautivar a un niño las primeras escenas, y mantenerlo al borde del asiento, pero cuando los personajes comienzan a acumularse, y la historia se hace más larga, comenzará a escuchar el infaltable ¿Falta mucho?. Tome todo eso en consideración antes de elegir alguna película.