Cuarto Día de Sitges

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El festival de cine de Sitges toma velocidad de crucero. Pasado el primer tercio del festival, parece que remonta el comienzo titubeante que sufrió en sus primeros días y esta vez sí que por fin, hemos visto un Sitges de calidad que aunaba prescencia con convencionalismos.

Como muesta un botón. Que el cine asiático está de moda, ya no lo duda prácticamente nadie. Que el cine de Bollywood todavía está por descubrir, es un hecho. Con ese telón de fondo, nos encontramos en Monsoon Shootout, una película de acción del Subcontinente Indio dirigida por Amit Kumar. Un director que si bien no es nóvel presentaba su primer largometraje con distribución internacional más allá de las mecánicas producciones indias. Compitiendo en la sección oficial fantástica, se aleja de los esquemas tradicionales de lo que tenemos en mente al hablar de cine Hindi para narrar una película insólita que muestra elementos del cine de género. El film, cuenta la historia de Adi, un policía de una gran urbe, que es atormentado por la primera decisión que debe de tomar en su primer día de trabajo. Retratando los suburbios de Mombai, Monsoon Shootout es una película que mezcla el género negro adaptado a la idiosincracia del subcontinente, con los universos paralelos y con un final magnífico de una película que en ningún momento llega a perder el ritmo.

El cine de acción indio sirvió de aperitivo para uno de los grandes títulos del festival, no tanto por la factura técnica de la primera, sino como toda la imaginería que desplegaba. Hablamos de la última cinta de Robert Rodríguez, Machete Kills, secuela de la magníficamente bizarra, Machete. En Machete Kills, vemos un elenco de lo más variopinto, pero siempre con nombres de primera fila. Volvemos a ver a Mel Gibson, que parece que se ha aficionado al cine de temática Tex-Mex en los últimos tiempos, y repiten Michelle Rodriguez y Danny Trejo en los papeles de Machete y Luz. Charlie Sheen, esta vez bajo su hispano nombre real de Carlos Estévez, y Cuba Gooding Jr le dan lustre a un reparto de cameos ilustres que completa Antonio Banderas (que repite bajo la batuta de Rodríguez) e incluso Lady Gaga. Pero si hablamos de nombres en esta hora y tres cuartos de metraje, debemos destacar, aunque sólo sea por nostalgia, la presencia de Tom Savini. El que fuera maquillador fetiche de Romero, y que interpretara a Sex Machine en abierto hasta el amanecer, ya hizo un pequeño contacto con el universo Machete en la primera entrega. Savini es un nombre enórmemente querido por los amantes del cine de género, y a modo de homenaje, Robert Rodríguez, amigo de sus amigos, le ofrece un papel a pesar de lo reducido y cuya aparición en pantalla levantó numerosos aplausos del respetable. Buenos mimbres para el cesto peca de previsible, y es que lo que era original en la primera entrega se convierte en coditiano en esta segunda, lo que hace que el respetable, a pesar de la nobleza de una película que no miente en cuanto a sus intenciones, salga con un sabor agridulce de la sala.

Hemos mencionado a Savini como nombre de culto en el entorno del cine de género. No podemos por menos que destacar pues, la siguiente película. We are what we are, es el esperado regreso a la pantalla de la dupla Jim Mickle como director, y Nick Damici como intérprete, conectados por el guión que firman a partes iguales. Estos nombres que por si solo no dicen nada, se desvelan si hablamos de Stake Land, aquella sorprendete vuelta de tuerca sobre el cine de vampiros. En esta ocasión, hablamos del remake de  Somos lo que hay, la cinta mexicana de Jorge Michel Grau, una película con más éxito como cinta minoritaria, que lo que la crítica predecía y que nos cuenta la historia del excéntrico patriarca mexicano de inquietantes constumbres, pero cambiando la acción de México a los Apalaches. La expectación creada se corresponde con una película bien planteada con el inconfundible sello Mickle, sonoridad pausada y ritmo característico, más que bien interpretado por sus actores, sobre todo por un inquietante Bill Sage soberbio en su papel de patriarca. Una película que destila presencia y en la que volvemos a ver de nuevo a Kelly McGuillis que parece adaptada a papeles mujeres al inicio de su vejez

Con poca información se presentaba la película Coherence, una cinta minimalista dirigida por James Ward Byrkit, dibujante que está detrás de los storyboard de auténticos taquillazos como la serie Piratas del Caribe, o Rango. James Ward Byrkt aparca el lápiz y se pone detrás de las cámaras para contar una historia de cincia ficción densa y que transcurre principalmente en el comedor de una casa, algo que nos recuerda a The Man From Earth. La película resulta sublime y merecedora de todo tipo de elogios, y no es casualidad que fuera largamente aplaudida. Los juegos que lleva a cabo en transitos entre universos paralelos dibujan una complicada estructura que envuelve al espectador, lo sumerje en un mar de dudas y le hace preguntarse finalmente si es realidad lo que vive, así como las consecuencias de nuestras acciones, que dejará al espectador con la sensación de haber disfrutado de una buena película

El siguiente título en la selección de cine3.com era Borgman, un thriller holandés que nos relata la historia de una cacería humana, y de como la presa altera la vida de una familia acomodada al buscar refugio en su casa. El director, Alex van Warmerdam, a pesar de no ser muy conocido, es todo un veterano, tanto como actor como director en sus Paises Bajos natales. Polifacético como pocos, escribe,actúa y dirige una película magnífica, casi sin lugar a la equivocación, la película del festival. Una cinta magnífica con densos elementos surrealistas que nos recuerda en cierta medida el metafórico mundo de Holly Motors. Sin embargo, Borgman es una película llena de intención con una fuerte carga fantástica que se desvela al final. Alabada en gran medida por los asistentes, los comentarios generales a la salida eran unánimes al tildarla de obra maestra.

 

 

http://www.youtube.com/watch?v=7uk3IlabsoQ