The Walking Dead, de Robert Kirkman, se volvió un fenómeno en el mundo de los cómics desde principios de este siglo. Lo que resultaba interesante era la continuidad. El tema de los muertos vivientes ha sido algo tan apasionante que siempre quedaba la duda del destino de los personajes una vez que termina una película. Además de esa continuidad, los diálogos escritos por Kirkman (quien siempre ha sido comparado con Brian Michael Bendis), lograban crear una sensación de realismo muchas veces ausente en el noveno arte.
Cuando The Walking Dead llegó a la TV, en el comic ya había sido publicado el material que eventualmente fue adaptado hasta la sexta temporada del show televisivo. Aunque por un tiempo se pensaba que la producción podría ser tomada por HBO, fue finalmente AMC quien decidió jugársela, pues de ser un canal de películas clásicas estaba comenzando a producir series propias.
Sin embargo, a pesar de un inicio prometedor, en la segunda temporada la calidad bajó hasta el punto en que parece increíble que los televidentes siguieran sintonizándola. Las siguientes son algunas de las razones:
4- FRANK DARABONT SE ALEJÓ MUCHO DEL MATERIAL ORIGINAL
La serie fue desarrollada para TV por Frank Darabont, mejor conocido por ser el director de Sueño de fuga (1994). Si bien algunas decisiones que alejaron a la serie televisiva del cómic fueron buenas, éstas son pocas: principalmente, que Rick no perdería una mano (que aunque sucedería hasta la tercera temporada, el sacrificado sustituto fue Merle, en la primera) y la creación del personaje de Daryl Dixon, pensado específicamente para el actor Norman Reedus y que se ha convertido en uno de los héroes de ficción favoritos de la TV.
Por lo demás, Darabont tuvo que condensar la primera temporada en un piloto y cinco episodios, en los que a diferencia del cómic, los personajes no actúan muy acorde a las circunstancias (en el cómic, Rick Grimes comienza a enseñarlos a usar armas, e incluso le da una a su hijo Carl).
El final del primer arco de historia en el cómic muestra a Rick y a Shane discutiendo. Shane ya se salió de control y es un problema, y cuando intenta dispararle a Rick, el niño Carl le dispara desde lo lejos, matándolo.
Darabont decidió que ese final no era adecuado, ya sea porque era demasiado fuerte o porque simplemente quería mantener vivo a Shane. En cambio, hizo que el grupo fuera hacia el Centro de Control de Enfermedades de Atlanta, donde conocen algunos detalles de la epidemia y luego tienen que huir, pues por alguna razón carente de lógica, una vez que se acaba la energía del lugar, explotará. Así, sin un cliffhanger emocionante, el show se enfiló hacia su segunda temporada.
3- EL RECORTE PRESUPUESTAL FUE TERRIBLE PARA LA SERIE
Como ya mencionamos, AMC era un canal de películas clásicas que de pronto tenía series originales muy exitosas y que no sabía cómo manejar. Éstas eran Mad Men, Breaking Bad y ahora The Walking Dead. Sin embargo, por los costos de Mad Men, AMC le dio la licencia a Lionsgate, mientras que para Breaking Bad hizo negocios con Sony. Para cuando comenzaba la producción para la segunda temporada de The Walking Dead (el único show que poseían al cien por ciento), AMC firmó un nuevo contrato con Matt Weiner, creador y productor de Mad Men, para que se mantuviera al menos dos temporadas más. El contrato fue por 10 millones de dólares.
En ese momento, The Walking Dead era la serie de AMC con mayor audiencia, casi 6 millones de espectadores, mientras que Mad Men tenía 2.3 millones y Breaking Bad 4.3 millones. La decisión de AMC fue cortar el número de episodios de la cuarta temporada de Breaking Bad, de los trece usuales a ocho o a seis. Sony respondió amenazando con llevarse la serie a otro canal, como FX, así que optaron por autorizar los trece.
Así, el ajuste presupuestal se fue contra The Walking Dead, pues le cortaron a Darabont el presupuesto, que era de 3.4 millones de dólares por episodio, a 2.75 millones, una reducción de 650 mil dólares. Además, el 30% de devolución fiscal que les otorgó el estado de Atlanta, ahora iría a las arcas de AMC, en vez de usarse para la producción.
Es por eso que Darabont y sus escritores tomaron la decisión de que toda la segunda temporada tuviera lugar en la granja, a fin de abaratar costos. Darabont completó los primeros episodios de la temporada, pero fue despedido como showrunner antes del estreno debido a sus disputas con AMC. Dado a que no completó la temporada, AMC cortó su porcentaje de ganancias, que era del 10%, al 7.5%, motivando la demanda en la que el director pide 280 millones de dólares como compensación, una cantidad realmente insensata, pues todo lo bueno de The Walking Dead ha salido de la mente de Robert Kirkman.
2- EL CONFLICTO INTERNO DE RICK SE VOLVIÓ EXTERNO
Volviendo a cuestiones de narrativa, el cómic de Robert Kirkman es la historia de Rick Grimes, un ciudadano ejemplar con valores morales muy altos, y que debido al apocalipsis zombi va cambiando gradualmente su manera de ver las cosas sin dejar de ser él. Aunque la serie sigue ese conflicto, lo hace mal. Más allá de la segunda temporada, Rick se convierte en un psicópata sin escrúpulos pero que todavía duda. Su arco de historia debía ser más parecido al de la versión televisiva de Carol.
Pero centrándonos en la segunda temporada, Rick se mantiene en el centro moral siendo tentado por "el mal" y "el bien". Por un lado, Shane, quien busca medidas extremas para sobrevivir; y por el otro, Dale, quien insiste en que no hay que perder la humanidad que aún tienen. Aunque ese conflicto del diablito y el ángel en los hombros suena interesante, se vuelve repetitivo en el ambiente claustrofóbico de esa segunda temporada, donde la serie de zombis se convierte en una suerte de comedia rural, pues todo el tiempo están en la granja y a veces se pierde la sensación de que todo se trata de zombis.
Dale y Shane, por repetitivos, se vuelven insoportables, en especial Dale, que no tiene nada que ver con el Dale del cómic, quien aunque gruñón, al menos mantiene una relación con Andrea.
Al ser muerto Dale en la segunda temporada, mucho de su papel en el cómic recae en episodios futuros en Hershel.
1- LA SERIE SE CONVIERTE EN UNA MALDITA TELENOVELA
En el cómic, la granja sólo aparece unos cuantos capítulos. Después, el grupo decide irse (o más bien, es echado por Hershel) y encuentra la prisión. En la serie, viven en la granja casi un año sin que tengan ataques de zombis. En ese tiempo, lo principal es el triángulo amoroso entre Rick, Lori y Shane, con diálogos tan fuera de lugar que parecían telenovela mexicana.
Lo mismo sucede con Glenn y Maggie, que en el cómic de inmediato entablan una relación, pero que en la serie a veces se pelean, a veces se hablan y a veces se quieren.
La búsqueda de Sophia hace que Carol se sienta atraída por Daryl, logrando escenas patéticas, pues ella se desvive por él y éste la trata como leprosa. Algo redundantemente similar sucede a la inversa con Dale y Sophia, quienes, como ya mencionamos, son pareja en el cómic, mientras que en la serie ella sólo le puede dedicar frases extremadamente hirientes.
Por algo la serie no le agradó a George Romero, el padre de los zombis modernos. A estas alturas, sólo las jovencitas fans de Twilight podían encontrarle algún sentido a la trama, y lo expresaban mucho con imágenes ñoñas.
La falta de presupuesto se nota cuando en capítulos enteros apenas se nota que están en un mundo infestado de zombis.
The Walking Dead sobrevivió a la segunda temporada de milagro. Si en ese año SyFy hubiera lanzado Z-Nation, los televidentes no recordarían nada de Rick y su grupo de insufribles.
