Deadpool o la consagración de la cultura superhéroe

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16 años después de la primera X-Men dirigida por Bryan SingerDeadpool se presenta como una película de superhéroes, sobre una película de superhéroes, sobre lo que implica estar en una película de superhéroes. La posible confusión se aclara en los créditos de inicio: he aquí otra cinta de un estudio enorme, producida por una serie de arrogantes, protagonizada por un imbécil, y con otro cameo innecesario. En algún aspecto, lo más “nuevo” de Deadpool es un reconocimiento honesto de los elementos que han definido a las películas de superhéroes por más de una década, y las decenas de personas que las han visto.

Deadpool pertenece a los X-Men, cuya primer aparición cinematográfica de gran reconocimiento ocurrió en el año 2000, por parte de Bryan Singer
Deadpool pertenece a los X-Men, cuya primer aparición cinematográfica de gran reconocimiento ocurrió en el año 2000, por parte de Bryan Singer

En ese sentido, Deadpool funciona en dos niveles: los fanáticos y conocedores del tema no encontrarán pausa en la risa, y podrían salir pensando que la potencial secuela de Los 4 Fantásticos (tras aquel desastroso debut) podría ser buena si incluye a Deadpool, que los X-Men podrían sobrevivir sin Hugh Jackman si incluyen a Deadpool, que el nuevo personaje de Episodio VIIIIX y X debería ser Deadpool (entre otras cosas, ayudaría a demostrar que Kylo Ren es un amateur berrinchudo) Aunque algunas de estas transiciones no serían posibles por cuestión de derechos, si enfatizan un punto: Deadpool es así de buena, y en algún sentido, también es evolutiva.

Ryan Reynolds como Deadpool
Ryan Reynolds como Deadpool

Pero Deadpool también será una maravilla para los primeros visitantes de superhéroes en el cine, o los veteranos de una generación pasada (los niños no necesariamente, a menos que sus padres no tengan problema con la ocasional decapitación y referencia fálica) Las generaciones que descubrieron a Batman durante la infancia con la serie de televisión protagonizada por Adam West podrían identificarse con Deadpool, en tanto que la cinta se burla casi todo el tiempo sobre el hecho de ser un superhéroe. Después de la trayectoria dramática planteada por Christopher Nolan con Batman, Sam Raimi con Spider-Man (1 y 2, la 3 es tema para un debate), y Singer con los X-Men, Deadpool es una bocanada de aire fresco, y una propuesta atrevida: ¿para qué seguir llorando si se puede reír?

¿Para qué viajar hasta Canadá en búsqueda de tu enemigo, si puedes hacer un dibujo y preguntar por él, Wolverine?
¿Para qué viajar hasta Canadá en búsqueda de tu enemigo, si puedes hacer un dibujo y preguntar por él, Wolverine?

La historia sigue a Wade Wilson (Ryan Reynolds), también conocido como el único bully que seguiría aterrando a Peter Parker: En su mundo, en lugar de responsabilidad, hay dinero, bastante dinero. Suficiente para justificar amenazas a acosadores o entrar a una lista de peleas en su bar favorito, un mal agujero rodeado de auténticos fenómenos. Y es en aquel espacio donde conoce a Vanessa (Morena Baccarin, habitante del terreno superhéroe gracias a su actuación como Leslie Thompkins en la serie de televisión Gotham), una versión femenina del humor y eterna curiosidad sexual que definen a Wade. Lo sentimos, Mary Jane, la inocencia y el romance con el nerd de las mallas ya no está de moda (aunque la belleza de Kirsten Dunst quedará marcada en la memoria de una generación)

Morena Baccarin y Ryan Reynolds en Deadpool
Morena Baccarin y Ryan Reynolds en Deadpool

En palabras del propio Wade, el romance entre ambos se desarrolla velozmente, pero no como resultado de una progresión dramática. Hay un compañerismo, un lenguaje común, incluso un encuentro cultural. En el enorme panorama de superiores y cine de la última década, Wade y Vanessa podrían ser la primer pareja geek, y verlo es una delicia. Si Spider-Man busca enseñar responsabilidad, Deadpool aboga por la libertad absoluta. Aunque, desde luego, no todo es perfecto. Otra vez, en palabras de Wade, esto es una película, y cuya realización requirió de la manipulación genital de un cierto icono (que no se salva de oportunos y sarcásticos pseudo-cameos) Se pasa entonces al drama. Y vaya drama el que Wade, el más simpático y a la vez detestable de todos, tenga cáncer. No hay solución aparente, y el peor sufrimiento es ver a Vanessa sufrir. Esto hasta que aparece un "Agente Smith", un sujeto que rastrea el paradero de Wade y le ofrece un nuevo futuro: no sólo puede curar su cáncer, sus habilidades serán extraordinarias. Un aparente "taller de superhéroes" suena más productivo que ver a Vanessa sufrir, y Wade desaparece. El arrepentimiento llega después, al descubrir que el taller es una instalación ultra-secreta para crear súper-esclavos aprovechando su genética mutante, convirtiendo a hombres buenos en, por ejemplo, máquinas invencibles con garras de adamantio. Pero es sólo un ejemplo, "estas tramas y sub-tramas son muy confusas", dice Wade más adelante. El lugar está a cargo de un "típico villano británico", abreviado como Francis (Ed Skrein), y el proceso de mutación con Wade termina siendo, tras distintos experimentos de tortura, una combinación de reducción de oxígeno y aumento de CO2. Wade muta al final, pero con consecuencias inesperadas: su cuerpo - y en especial, su rostro - se convierte en un salchichón de Peñaranda de hace una década, al borde de que Hulk, francamente, no tiene nada de qué quejarse. Corte a la furia de Deadpool, la explosión que permite su escape, la pelea con Francis donde se descubre que ambos son inmortales (o, visto desde otro ángulo, se declara a Wolverine tan chatarra y fuera de moda como James Bond en Skyfall), y todo explota y Francis se va, y un rato después, Wade resurge de las cenizas como un... ¿Héroe?

Un par de X-Men intentan ayudar a Deadpool en su misión de venganza
Un par de X-Men intentan ayudar a Deadpool en su misión de venganza

No, pero si como un ex-novio profundamente enojado, temeroso de enfrentar a su chica, y en modo de venganza contra el animal que le dio su actual figura, al cual necesita para encontrar una cura. Es una historia de redención personal, casi como si una celebridad de Hollywood hubiera hecho una película de superhéroes asquerosamente terrible, y ahora buscara una segunda oportunidad... En fin, coincidencias. El resto de la trama es default del género: búsqueda, secuencias de acción, breves momentos de reflexión moral, y una conclusión espectacular. Y, debatiblemente, el mejor cameo de Stan Lee en la historia del cine.

Lo que no es default sobre Deadpool es la ignorancia de esa predictibilidad, y ese es el motor que verdaderamente empuja a la cinta. Viéndola ahora, quizás también es una especie de justificación para su retraso. Quizás se necesitaba construir un terreno, desde el Batman de Joel Schumacher hasta el Batman de añilan, y todos los intermedios, y todas las franquicias, y todos los intentos a medias, para hacer una burla. Se necesitaba de un público que victimizar. Deadpool logra todo esto, y los ejemplos son casi infinitos, pero la mejor solución es verlos. En un momento donde Marvel, independientemente de su colaboración con distintos estudios, produce material temático a un ritmo casi anual, Deadpool es una celebración del logro y una advertencia de su potencial avaricia: más pronto que tarde, las lágrimas podrían convertirse en un chiste, y el chiste en una siesta. El hecho de que Marvel se atreva a plantear aquel escenario es un acto de honestidad y valentía. Pero sobre todo, Deadpool, el personaje, podría funcionar como una especie de árbitro en la enorme y veloz expansión del universo Marvel. Podría ser el barómetro de la racionalidad y el entretenimiento, el que le diga a Wolverine que está sufriendo de más, a Spider-Man que ya deje de estar berreando con tanto reboot y sólo haga una buena historia, o a Kylo Ren que, si sigue así, nunca se va a ganar el pase a Disneylandia (de nuevo, sería un problema de derechos, ¿pero quién no iría a ver esa película?) Si la cinta de Tim Miller es un primer ejemplo, Deadpool está destinado a proteger - y destruir - una interesante generación de películas, por lo menos durante la siguiente década. Su secuela ya ha sido confirmada, ¿pero en dónde aparecerá antes?

La resurrección de Los 4 Fantásticos sería una buena idea.

Manuel Cruz

@cruzderivas