El director Gerard Damiano, primero en dirigir una cinta porno reconocida, la ya proverbial Garganta Profunda, falleció a los ochenta años, de un derrame cerebral. Durante mucho tiempo fue considerado un innovador, que rompió con las estructuras moralistas de los setentas, lo que lo volvió una suerte de héroe cultural. Sin embargo, las posteriores denuncias de Linda Lovelace, la protagonista, sobre las circunstancias en que se produjo la misma hizo que fuera calificado como explotador. Si bien es un hecho que Lovelace fue forzada por Chuck Traynor, su marido, a realizar las películas porno, la sombra de la duda siempre quedó sobre Damiano, y fue un fantasma que lo persiguió toda su vida.