Dos críticas para el Escuadrón Suicida para que nadie pierda la cabeza

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En el 2016, la rueda de la fortuna está al ras del piso para las producciones de DC/Warner Bros. Ya es sabida la historia de Batman v Superman, y la versión animada de La Broma Asesina resultó ser una desvergonzada táctica de mercado para sacar más dinero de los fanáticos. En este mes que inicia, la crítica enterró los colmillos al Escuadrón Suicida, y, para rematar, en México, no se exhibirá en Cinemex, una de las dos cadenas de cine más importantes del país, ya que ésta no llegó a un acuerdo con Universal Pictures, que funge como distribuidora. ¿Veleidad de la suerte o consecuencia de los actos?

A partir de la mala recepción de Batman v Superman, hubo el rumor que se añadieron secuencias para aligerar la carga oscura y densa de la película de David Ayer. En estos días, se reveló que existían dos versiones del Escuadrón: una que tendía a la comicidad, la versión de los estudios, y la de Ayer, enfocada a ir al corazón de las tinieblas. Lo que veremos será algo así como Apocalipsis ahora pero con Charlie Sheen como Charlie Harper buscando mujerzuelas, en lugar de al coronel Kurtz. Si bien Cine3 ya tiene su posición respecto al Escuadrón, en un esfuerzo para conciliar a todas las posiciones, trataré, por un lado, de decir lo que mis entrañas quieren decir, y por el otro, de seguir hablando mal, pero con la afabilidad digna de un ser de paz e iluminación espiritual; así el lector podrá saltarse el primer apartado si no quiere leer una crítica negativa, e irse directamente a los halagos muy positivos que encuentran una virtud hasta en el zurcido brusco de la blusa de Harley Queen.

El Escuadrón Suicida y el arte de decir que una película es mala sin haberla visto

Sin haber visto el Escuadrón, me atrevo a sentenciar que es una mala película. Y no se necesita un talento especial como el que poseen esos seguidores que quieren que desaparezca Rotten Tomatoes de crear elegantes teorías de conspiración o de ver obras de arte en los rayones de un niño de kínder. Uno desconfía cuando la audiencia a quien se dirige la cinta le dice a un crítico de cine que le faltan leer más historietas para entenderla, o peor aún, que es un empleado a sueldo de la competencia para hablar pestes. Este ingenio desbordado que puede freír los sesos de cualquiera me hace pensar que tuvieron que filmar algo acorde al disminuido estado cerebral de dichos espectadores.

Sin haber visto el Escuadrón, me atrevo a sentenciar que es una mala película. Y no se necesita un talento especial como el que poseen los seguidores de crear teorías de conspiración
Sin haber visto el Escuadrón, me atrevo a sentenciar que es una mala película. Y no se necesita un talento especial como el que poseen los seguidores de crear teorías de conspiración

Y no dudo de la capacidad intelectual de ninguno de los que aman cierta marca de zapatos, café, o cualquier otro producto. Cada quien con sus filias y fobias es único y especial. No obstante, si al calzado se le observa una costura a punto de romperse, o si el café sabe a agua de carbón, aunque se cambien los polos magnéticos de la Tierra, no se evitará que se rompan los zapatos o que se tire la bebida al retrete. En el caso del Escuadrón, se dice que David Ayer escribió el guion en seis meses y que a la postre sería modificado por al aludido amasijo de visiones, sin mencionar que los precedentes dejados por Zack Snyder tampoco fueron una base convincente para el inicio del Universo Cinematográfico de DC. ¿Lograré con mi sesgo huraño que usted, amable lector, no vaya a ver la película si ya ha decidido asistir a su sala de preferencia a verla? ¿Evitaré que de 20 salas sólo pueda elegir entre Escuadrón Suicida en formato clásico o 3D? Al final, los argumentos de cada crítico no son letra en piedra.

El Escuadrón Suicida: el aliento que necesitaba el universo de DC

El Escuadrón Suicida es una joya; se nota la combinación entre la visión de Ayer y Snyder, quien con el corte del director de Batman v Superman demostró que el cine de superhéroes puede tocar temas sobre la condición humana. Ahora con un poco más de humor, las partes donde se abordan discursos tipo panfleto de la Facultad de Filosofía y Letras serán más digeribles, sobre todo para el público que no ha tenido tiempo de acudir de viva voz a los libros de Nietzsche o Sartre, por descifrar quién es digno de levantar el martillo de Thor, si Bruce Banner sería un buen Batman o el significado intrincado del apellido de Bruno Díaz. El ensamble de actores funciona certeramente, y aunque sólo las grandes estrellas, como Will Smith y Margot Robbie, tienen protagonismo, al menos los vestuarios del Escuadrón lucen espectaculares. Merece mención especial como la cámara escanea el cuerpo de Robbie en cada escena, y sorprende que el número de veces que sale la cara de la actriz en pantalla sea equiparable a la que se focaliza su trasero.

Merece mención especial como la cámara escanea el cuerpo de Robbie en cada escena, y sorprende que el número de veces que sale la cara de la actriz en pantalla sea equiparable a la que se focaliza su trasero
Merece mención especial como la cámara escanea el cuerpo de Robbie en cada escena, y sorprende que el número de veces que sale la cara de la actriz en pantalla sea equiparable a la que se focaliza su trasero

Ahora que está de moda mezclar géneros, el Joker (Jared Leto) interviene en un arco argumental secundario en el cual busca recuperar a su amada Harley Queen: una comedia romántica de locos al estilo de Las Vueltas del Destino. Al final, el grupo de inadaptados se une y forma un lazo invisible de camaradería y fraternidad, tras vencer el ciempiés que dominaba la mente de la Encantadora (Cara Delevingne), que resultó ser más peligroso que el mismo Lex Luthor. El zurcido brusco de la blusa de Harley Queen es una virtud.

Ahora que tenemos las dos caras de la moneda de la crítica, esperemos que todos estén satisfechos.