La autora de las novelas en las que se basa "Cincuenta Sombras de Grey" ("Fifty Shades of Grey"), E.L. James, reclama encargarse ella sola de la adaptación del próximo guión, coronando su escalada de poder y desencuentros con la directora Sam Taylor-Johnson. Universal Pictures y Focus Features por supuesto disponen de los derechos para llevar al cine "Cincuenta sombras más oscuras" y "Cincuenta sombras liberadas", pero al adquirirlos brindaron a su autora un inmenso poder de decisión en cuanto a las adaptaciones que la escritora se está tomando muy en serio.
La autora habría exigido tener control absoluto sobre el guión de la ya anunciada secuela, lo que ha retrasado el inicio de la producción hasta poder llegar a un acuerdo. La primera entrega fue escrita por la autora en colaboración con Kelly Marcel y después fue revisado –sin acreditar– por Patrick Marber. Pero en esta ocasión E.L. James se niega a trabajar de nuevo con Marcel y quiere encargarse ella sola de la adaptación, contra los deseos del estudio.
Del mismo modo, es muy poco probable que Sam Taylor-Johnson vuelva para encargarse de la realización de la secuela. La directora y James, quien se implicó con obstinación en la toma de decisiones del máximo de aspectos del filme (desde el cásting de los personajes hasta su vestuario y peleó por tener, literalmente, la última palabra en la película), chocaron de forma constante durante el rodaje de Cincuenta sombras de Grey, lo que hace muy dudoso el regreso de Taylor-Johnson, sobre todo en una situación donde la escritora está reclamando aún más cotas de poder.
Por no hablar del pequeño detalle de que la vuelta de Jamie Dornan y Dakota Johnson como Christian Grey y Anastasia Steele tampoco es una certeza. Los muchos rumores sobre la tensa producción de Cincuenta sombras de Grey y la falta de entendimiento durante el rodaje también salpicó a la relación entre los actores y su escasa química en pantalla.