Pocos efectos son tan espectaculares dentro del cine, como el efecto del ácido sobre alguna substancia, más que nada por el dramatismo que le da a ciertas escenas. Obviamente, Hollywood cuenta con una gran cantidad de químicos y otras substancias que pueden crear efectos bastante convincentes, pero eso no significa que, con un poco de ingenio, no podamos lograr algo bastante similar en nuestras propias producciones.
Para esta ocasión, necesitas una tabla de unicel - o alguna otra forma, dependiendo del material que supuestamente estés usando en tu película - y acetona, que podrás comprar en cualquier tienda de mayoreo artículos para belleza, o farmacias grandes. Después de ello, pinta el unicel, tratando de que quede lo más similar al material que supuestamente estarás usando. Trata de que la pintura no quede en una capa muy gruesa, pues podría actuar como aislante de ambas substancias. Un consejo sería el hacer algunas perforaciones con aguja gruesa, no muy cerca una de otra, que permitan que el líquido llegue al mismo.
Al momento de filmar, sólo deja caer la acetona lentamente sobre el unicel, de modo que actúe lentamente. Trata de no dejar caer un chorro de golpe, pues pasará literalmente a través de la misma, perdiéndose el efecto de burbujeo, que es lo que lo hace más espectacular.
Por separado, toma una pastilla efervescente, y junto a tu grabadora de sonido, deja caer un leve chorro de agua, grabando el sonido resultante. el doble efecto es sorprendente.
La recomendación es realizar todo este proceso en una zona bien aireada, pues si bien los vapores no son realmente tóxicos, si pueden ser molestos si se respiran de manera prolongada, por lo que es recomendable tampoco acercar mucho el rostro al hacer la toma.
Este efecto es muy espectacular, y excelente para cualquier producción amateur.