Para los años setentas, la segregación racial era aún parte importante de la cultura estadounidense, pero en esos años, la comunidad negra comenzaba a buscar hacerse de un lugar en la sociedad. Sin embargo, era un momento en que la integración era inimaginable, así que, ante un Hollywood que se negaba a darle a los negros papeles importantes, la reacción fue crear un género de cintas exclusivas para esta raza, en donde los héroes, y prácticamente todos los protagonistas, pertenecían a la misma.
Este subgénero fue bautizado como blaxploitation, palabra formada de la combinación de Black y Explotation. La cinta que prácticamente inició el mismo fue Shaft, que definió también el perfil de la misma: peinados afro, música funk, escenarios en los ghettos urbanos negros, y ropas en extremo vistozas. El movimiento llegó a tales límites, que se hicieron cintas tan disparatadas como Blacula o Blackenstein, que a pesar de su perfil totalmente ridículo, se ocnvirtieon en clásicos.
Aunque fuertemente criticado por justificar los estereotipos negros, lo cierto es que, de una u otra forma, logró abrir el interés de Hollywoood hacia la raza negra, que a la larga permitiría la apertura que se vive actualmente.